“El hombre tiene el alma dinámica de una flecha que hubiera en el aire olvidado su blanco. En efecto; sí, el hombre (es) formalmente puro movimiento y movimiento que va atraído por una meta. Y, en virtud de esenciales razones, esa entidad hombre cuya única realidad consiste en ir hacia un blanco, de pronto –tal vez, en última instancia, siempre– se queda sin blanco y, sin embargo, teniendo que ir, que ir siempre… ¿Dónde? ¿Dónde ir cuando no se sabe dónde? ¿Qué vía tomará el desviado? ¿Qué dirección el perdido? Desde hace treinta años se tiene la conciencia de vivir bajo la zozobra de un atroz perdimiento. Todas son formas de no saber, en verdad, qué hacer”[Ortega y Gasset(1)].
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“Vivir, al menos humanamente, es transitar, estarse yendo hacia… siempre más allá” (María Zambrano(2)).
[1]Ortega y Gasset: “Sobre la razón histórica”, O. C. Tº 12, p. 151.
[2]María Zambrano: “Persona y democracia”, Madrid, Siruela, 1996, p. 62.