Se acerca la famosa fiesta pagana llamada Halloween y muchos de nosotros estamos realmente encantados con la noticia. ¿Por qué? ¿Por las brujas y las leyendas, o los dulces y los tratos? ¡No! ¡Por los disfraces! ¿De qué os vais a disfrazar? Nosotros pensábamos hacerlo de personajes de película... algo así como Bitlejuuce y Freddy Krueger, pero luego se nos ha ocurrido que, ¿por qué no mejor nos disfrazamos de personajes literarios? Os damos algunas ideas:
En la página web Huffington Post han preparado su propia selección de trajes para halloween y Maeva Young no quiere quedarse atrás. ¿Qué os parecen estas sugerencias?
Patrick Bateman (American Psycho)
Como sabréis, este libro fue un gran éxito y más debido a su adaptación cinematográfica. En ella, un hombre de negocios llamado Patrick Bateman se volvía completamente psicótico y asesinaba a un montón de personas de una manera disparatada. Para salir este halloween aterrorizando a los más mayores, podéis cogeros un traje-chaqueta de empresario y salpicaros la cara con pintura roja, cual sangre fresca. Tampoco debéis olvidar cogeros un hacha o un cuchillo (de plástico, por supuesto) porque Patrick nunca iba sin su arma en el bolsillo. ¡Pero cuidado! ¡No llaméis demasiado la atención!
Pennywise (IT)
¿Quién no ha conocido a IT? ¿El payaso de la novela más vendida de Stephen King? El disfraz es sencillo: un traje de payaso, cuanto más estrafalario mejor, una nariz roja y una dentadura postiza de dientes puntiagudos y asquerosos. No olvidéis pintaros la cara de blanco y haceros una sonrisa siniestra con un rojo sangre. ¡Aterrorizaréis a todo el mundo!
Alex de Large (La Naranja Mecánica)
Disfrazarse de Alex DeLarge es algo ya tópico en las fiestas, pero no podemos dejar de reseñarlo aquí porque su vestimenta nos causa conmoción y esa mirada asesina, un pavor inexplicable. Tendréis que tener a mano un bastón fino, camisa y pantalón blancos, botas militares negras y por supuesto, unos tirantes de color crema para unirlos con vuestra "huevera" de rugby. El maquillaje es de lo más sencillo, sólo debéis pintaros el ojo con unas largas pestañas. ¡No olvidéis el bombín! Con él, estaréis perfectamente reconocibles.
Voldemort (Hary Potter)
Voldemort, el malo hiperfamoso de Harry Potter, podría estar aterrorizando vuestro barrio y, lo mejor, podríais ser vosotros bajo la espesa capa de maquillaje el que disfrute con los gritos de vuestros vecinos. Necesitáis un atuendo vaporoso, algo así como una capa de mago. Una varita torcida y mucho maquillaje en vuestra cara, para haceros parecer una serpiente. No podemos quitarnos la nariz, así que tendremos que ignorarla. Por último, si usáis unas lentillas, ¡mejor que mejor!
Lucy Shaw (Mi chica fantasma)
Si no mencionábamos a nuestra querida (y pronto conocida) Lucy Shaw, habríamos hecho algo terrible. Lucy es una chica normal, pero ¡es un fantasma! Disfrazarnos de ella es de lo más sencillo. Vestiros como una chica de la edad de Lucy (una adolescente más) y maquillaros la cara para parecer más pálidas. Si os parecéis a la de la portada, ¡queremos una foto!
La mala de Blancanieves
La bruja malvada de Blancanieves también es un puntazo en estas fiestas terroríficas, y tampoco es que os vaya a costar mucho conseguirlo. Necesitáis una capa negra y unos cojines para atároslo a la espalda con una cuerda y así crear una joroba. Una nariz postiza con protuberancias os dotará de un aspecto de cuento de hadas, maquillaje para envejecer vuestra piel y por último, una dentadura postiza con dientes ruinosos. Ya sólo falta hacernos las viejecitas buenas y pobres en una esquina, para que cuando alguien se apiada de nuestra alma, ofrecerles la manzana, roja y oronda, envenenada.
Cruela de Vil (Los 101 dálmatas)
Por último en este ranking de disfraces, tenemos a la más mala de los cuentos de hadas. 101 Dálmatas es un cuento de Dodie Smith, y él fue el encargado de dotar de vida a la famosa Cruela de Vil. Para este disfraz necesitaremos un abrigo enorme de peluche que simule la piel de visón para ponernos guapas y pomposas, unas extensiones de pelo blanco en el flequillo, una larga y sofisticada boquilla para el cigarrillo de chocolate y unos guantes largos y rojos. Si lo adornamos con un cachorrillo de dálmata, estaremos exuberantes y... ¡terroríficas!
Iros preparado porque ¡mañana os damos la invitación formal a nuestro encuentro en Barcelona!