~ G * Adulta ~ E * Vergara (B) ~
En la vida de Elizabeth Egan todo tiene su sitio, desde las tazas para café exprés en su reluciente cocina hasta los muestrarios y los botes de pintura de su negocio de diseño de interiores. El orden y la precisión le dan una sensación de control sobre su vida y mantienen el corazón de Elizabeth apartado del dolor que sufrió en el pasado. Ejercer de madre de su sobrino de seis años al tiempo que sacar adelante su empresa es una empleo a jornada completa, que deja poco margen al error y la diversión.
Hasta que un día alguien muy singular aparece inesperadamente en sus vidas. El misterioso Ivan es despreocupado, espontáneo y amante de la aventura, todo lo contrario que Elizabeth. Reconoce a su verdadero amor antes de que ella le vea siquiera, y le enseña que la vida sólo merece la pena ser vivida cuando se nos presenta con todo su color y una pizca de desorden.
Pero, ¿quién es Ivan en realidad?
Hacía tiempo que el principio de una novela no me dejaba tan confundida y extrañada como Si pudieras verme ahora, creedme cuando os digo que la trama tiene algo poco común en la narrativa romántica contemporánea.
No quiero desvelar mucho porque la gracia y, también el suspense, recaen en la pregunta que se plantea más arriba, ¿quién es Ivan en realidad? y Cecelia Ahern, ha sabido tratarlo muy bien. Sólo os diré que Ivan es lo que necesitará Elizabeth, esa chispa de energía, de felicidad que ella perdió cuando era sólo una niña y tuvo que cargar con la educación de su hermana y ahora la de su sobrino. Elizabeth cree tener las ideas muy claras de como llevar su vida pero mientras vamos leyendo nos daremos cuenta de lo equivocada que está. Además de Ivan (y ya averiguaréis por qué) quien también nos enternecerá será Luke, el sobrino de seis años de Elizabeth, la gota de inocencia que una novela así ha de tener.
Si pudieras verme ahora es una historia tierna y divertida, narrada con sencillez pero con un estilo muy cuidado. Antes de empezar la novela creía que se trataría de una historia realista, así que me sorprendió ver como la realidad se mezclaba con la magia al mismo que nos hace reflexionar sobre nuestras vidas, sobre porque siempre caemos en la monotonía y acabamos olvidando disfrutar de los pequeños momentos que nos hacen felices.
Mientras iba leyendo tenía miedo de que el final no me gustara, que no estuviera a la altura del libro, y la verdad es que me esperaba más, ha quedado demasiado abierto para mi gusto. Me ha decepcionado un poco porque siendo una historia tan bonita yo le hubiera dado otro final, uno más mágico y no tan realista. Aun así lo he disfrutado mucho y volveré a confiar en Cecelia Ahern en alguna otra de sus novelas, aunque no me atrevo todavía con P.D. Te amo -pensar en su triste argumento ya me afecta-.
“Elizabeth aprendió que imaginar y hacerse ilusiones sólo servía para partirle el corazón”
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