Planear. Esa lista de cosas que apuntas en tu mente para que sucedan. Con fecha y hora, además.
Antes me encantaba hacerlo. Y me pasaba los soles y las lunas recreando las posibles situaciones que pudieran acontecer en el ‘viaje’. Es bonito soñar. Sigo haciéndolo. La diferencia es que ahora suelto el resultado. De esta manera, la frustración, en caso de ‘plantón’, no me hace una visita. Y si aparece, es muy fugaz. Vista y no vista.
Control. Queremos tenerlo todo controlado para que nada nos pille por sorpresa. Qué aburridos somos…
Y mientas tanto, la Vida se ríe en nuestra cara cada vez que firmamos un contrato ‘por siempre jamás’. Ya sea en un papel o en nuestro corazón. ¡Santa Inocencia la nuestra!
A estas alturas y aún creyéndonos inmortales. Que SER, lo Somos… Pero quizás, no tanto como nos han contado.
A veces me sorprendo de la facilidad que tengo en pasar página. ¿Cómo he llegado hasta este punto? Ni idea. Un cúmulo de circunstancias-experiencias-aprendizajes. Dejo un trabajo y al día siguiente es como si nunca hubiera estado ahí. Como si todo hubiese sido una fantasía. Me pasa mucho últimamente. Alomejor eso es lo que llaman vivir el Presente. O que no me permito crear vínculos con nada ni con nadie (inconscientemente) ‘por si acaso’, algún día me voy o se van de mí. Para que no me afecte. Para no Sentir lo que ‘un día’ me hizo sufrir. O ‘a saber’.
Cada vez me importan menos las ‘razones’. ¿Para qué? Si la Verdad está muy por encima de lo que yo pueda llegar a alcanzar. Para qué perder el tiempo en si es por esto o por aquello. ¿Me siento bien? Sí. Pues ésta es mi única ‘razón’. La que a mí me vale. Las demás, se las puede llevar el viento con las palabras que me sobran. Ya me quedo yo haciéndole compañía al silencio del ‘ni idea’. Es tan liberador… No ‘tener que’ saber el de dónde vengo, el adónde voy, el quién soy, el por qué o el para qué.
SENTIR. Lo que aparezca. Sin buscarle una explicación. Una raíz. Una historia. Un trauma. Un culpable. Un pasado. Sólo sentirlo. PermitirME expresarME. El dolor, la rabia, el miedo, el vacío, la soledad, el apego, la impotencia. La muerte de lo que tanto me vibró. De aquello que me Hizo el Amor hasta deshacerme en él. Hasta tocar las tripas de mi Alma. Hasta hacerme desaparecer en la Nada transformándome en el Todo.
Sentir la Vida que hay en cada rincón de mi piel que no quiero tocar. Que no quiero Ver. Que censuré. Que metí en el baúl de los secretos y que ahora reclaman ser disueltos. Desean regresar al Hogar en el que nacieron. Para no ser más repudiados. Desterrados. Encarcelados. Sino amados. Amados. AMADOS…
PLANEAR: Volar con las alas extendidas sin moverlas.
¿Se marcarán un destino, un rumbo, las aves, o simplemente se dejarán llevar por la brisa hacia ‘ningún lugar’?
Nosotros, los que extendemos las piernas y los brazos, con movimientos ‘a toda pastilla’ hasta quedar extenuados, “planeamos” de otra manera. Con prisas. Queriendo llegar YA al destino, aunque no tengamos ni idea de cuál es. Pero que sea ya. De inmediato. Para ayer. Somos tan veloces que nos perdemos las hermosas vistas del trayecto.
Miramos sin Ver. Y así, es imposible contemplar la Belleza que Somos. Todos. Sí, todos. Porque la belleza, no está en las carnes blancas o morenas, como muchos Creen. Es un estado de ánimo que habita en el Corazón y en los ojos del que mira. No en lo observado, sino en el observador.
Si eres Bello por dentro, verás belleza fuera. Por muy ‘feo’ que sea lo que sea. Podrás Verla más allá de las vestimentas, del personaje, de lo mal o bien que huela.
El Amor está en todas partes. En realidad, es lo único que nos Existe. Todo lo que nos rodea, nos está hablando continuamente. Pero hay muy pocos que sepan escuchar las sutilezas. Lo invisible. Las despedidas sin el adiós de bienvenida. Las miradas. Las caricias. Las pausas. La delicadeza tras la brusquedad. La vulnerabilidad tras la dureza. Las lágrimas que esconden algunas sonrisas viejas.
Hay muy poca gente que sepa ESCUCHAR. Que sepa que aquello que vemos es sólo una sombra de lo que no vemos. Que mañana moriremos, pero Hoy estamos vivos. Y, además, hacen algo con esos latidos que les respiran.
La mayoría desean cambiar de ‘cuerpo’. Su cuerpo. Su templo. Cuando lo más sencillo es cambiar de ‘pantalón’. De Creencia. De perspectiva. De pensamiento. Y luchan. Y luchan. Y luchan. Y cuando se han dado cuenta, se les ha pasado la Vida por delante sin haberla disfrutado. Que es de lo que se trata, ¿no?
Somos muy exigentes con nosotros mismos y (como consecuencia) con los demás. ¿Para qué? Para nada. Querer tener razón en lugar de Paz. Y con mi verdad me llevo por delante la tuya. Que la correcta es la mía. Que para eso es mía y YO YA SÉ porque ‘YO YA’. No como tú, que no te enteras de nada. Eso sí, luego me voy a meditar y a cantar cuatro mantras que necesito tranquilidad. Que esto de vivir, me estresa.
¡Qué SINRAZÓN! Qué contrariedad… Que nos compre quién nos entienda.
Los Huevos… me han enseñado una cosita. Que si los aprieto demasiado fuerte, los rompo. Y que si no los sujeto con suficiente firmeza, se caen (UTIL-izable para todo).
Y ahí voy. Caminando ‘ni tanto ni tan poco’. Aprendiendo a AMAR-me sujetando pero sin apretar. Dejando espacio a mi Corazón para PLANEAR… Aunque Dios, esté donde esté si es que está, se parta ‘la caja de sorpresas’ de risa y me regale un par o tres de imprevistos. Como ofrenda a mi ingenuidad.
El Que Todo Lo Sabe, en algún momento, se tendrá que equivocar, ¿no?. Si no, lo de ‘sólo sé que no sé nada’, ¿dónde queda?.
Pues eso. SENTIR para VIVIR para AMAR para poder morir en PAZ.
Que YO YA…
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