Revista Coaching
Yo no entiendo los misterios de la vida, pero lo que si se es que hay cosas que hay que hacerlas sin entender y muchas veces hay que caminar totalmente a ciegas porque no queda otro remedio. Si estás en una fase en tu vida en la que desearías que todo acabara y piensas en la muerte como un descanso, ha llegado el momento de morir, pero en vida. Morir en vida es caminar sin luz, sin esperanza y sin fe, sin fuerzas, sin consuelo y sin motivo. Si al fin y al cabo quieres morir lo más sensato es elegir una muerte que en realidad es vida. La otra opción es la más cómoda, abandonar, dejarse llevar, acabar con todo. Pero eso no soluciona nada. La vida es una oportunidad y hay que aprovecharla. Y ahora te parece un asco, y te cuesta cada movimiento que das. Es el momento de crecer, es el momento de cambiar, vas a morir, pero a una etapa de tu vida. Esa muerte que sientes por dentro y que tanto te atrae no es más que una muerte a tu forma de vida, que ahora quiere cambiar, tiene que cambiar. Pero hasta llegar a eso no te queda otro remedio que esforzarte de forma sobrehumana, viviendo sin ilusión hasta que la ilusión vuelva, actuando como si todo estuviese bien hasta que vuelva a estar bien y es que ya está todo bien. Algo está creciendo en tu interior y todo ese dolor es el abono necesario para ello. Debes seguir con el motor parado hasta que este vuelva a funcionar. No hay otro camino. Sigue hacia adelante, y si estás en lo más oscuro del túnel es porque la luz está a punto de aparecer.