El virus Coxsackie puede producir una amplia variedad de síntomas. Alrededor de la mitad de los niños infectados por el este virus no muestran síntomas. Algunos niños tienen fiebre alta repentina, dolor de cabeza y dolores musculares. Otros presentan también dolor de garganta, malestar abdominal o náuseas. Un niño infectado por el virus Coxsackie puede tener fiebre sin presentar ningún otro síntoma. En la mayoría de los casos, la fiebre dura unos 3 días y luego remite. Aparte de la fiebre, este virus puede provocar distintos síntomas que afectan a diferentes partes del cuerpo:
- Herpangina: una infección de garganta que cursa con úlceras y ampollas rodeadas de un anillo rojo en las amígdalas y el velo del paladar, el lóbulo carnoso que cuelga de la parte posterior del paladar.
- Conjuntivitis hemorrágica: una infección que afecta a la esclerótica (o blanco del ojo). La conjuntivitis hemorrágica suele empezar como un dolor de ojos que, de forma repentina, evoluciona a enrojecimiento, lagrimeo, hinchazón, fotofobia (sensibilidad a la luz) y visión borrosa.
- Infecciones más graves como: meningitis encefalitis y miocarditis
La duración de la infección por el virus Coxsackie varía mucho. En los cuadros que sólo cursan con fiebre, la temperatura del niño puede volver a la normalidad al cabo de 24 horas, aunque la duración promedio de la fiebre es de 3 a 4 días. La enfermedad mano-pie-boca suele durar de 2 a 3 días y la meningitis viral puede durar de 3 a 7 días.Los virus Coxsackie son muy contagiosos. Suelen propagarse de una persona a otra a través del contacto con manos sucias y superficies contaminadas con heces. También se pueden contagiar mediante las gotitas de líquido que se expulsan al estornudar o toser.
No hay ninguna vacuna para prevenir la infección por el virus Coxsackie. Lavarse las manos es la mejor manera de protegerse. Los juguetes que se comparten en las guarderías deben limpiarse de manera regular con un desinfectante porque el virus puede vivir en estos objetos durante varios días. Los niños no deben ir a la escuela o a la guardería durante varios días para evitar el contagio.