BI, también llamado Business Inteligence, o como algunos prefieren denominarlo, el Torquemada de la información. Pero si dejamos de hacernos el simpático, recordemos que es mejor caer en gracia que ser gracioso, la definición de esta disciplina desde una vertiente más académica sería algo así: conjunto de herramientas enfocadas a generar conocimiento basándose en los datos existentes en una organización.
Con lo que el BI recoge los datos que hay por ahí desparramados en la organización e intenta crear una estructura más o menos lógica y coherente para generar una información, que no conocimiento, que nos sea útil a la hora de tomar decisiones.
No voy a negar las virtudes de esta área de conocimiento, a pesar de que en algunas ocasiones el BI y su hermano Big Data, han fracasado más que un vendedor de neveras en el Polo Norte. Podríamos culparles y empezar un alegato anarco-estadístico y crear un discurso incendiario sobre la privacidad y lo erróneo del concepto, pero no es mi idea y tampoco es tanto culpa de la herramienta en si, sino en la personas que hay detrás.
Mi crítica a estos sistemas se van a centrar en un tema bastante obvio, la validez de los datos. El BI se alimenta de datos que pueden venir diversas fuentes, pero como todo estudiante de estadística sabe, si tu muestra no es fiable, tus datos no lo serán.
Un ejemplo de toda la vida son las estadísticas de satisfacción del cliente, normalmente se envían cuestionarios para que la gente nos conteste lo que les parece. Lo normal es que nos contesten los dos extremos de la muestra, los que están contentos y los que realmente quieren vernos cubiertos de brea y rebozados en plumas. Hay una gran cantidad de personas que no contestan y que probablemente sean la parte más importante y nuestra mediana. Eso sí, nos hacemos unas aproximaciones la mar de simpáticas, matemáticamente válidas, y voila, ya tenemos información relevante. Un error de cajón.
Otro tanto ocurre con los procesos en un ERP, no se cumplimentan en su momento y se rellenan los formularios una vez a la semana y con suerte, haciendo trampas para que al final de el resultado que sabemos que quiere el jefe. El resultado, seguimos sin tener ni idea de dónde invierten el tiempo nuestros empleados.
Quizás el único lugar donde los datos sea fiables, y yo tengo algunas dudas, es en los procesos muy automatizados donde no hay lugar ni espacio para engañar al sistema. Aquí si podríamos establecer una confianza sobre la validez de los mismos y su capacidad para ser usados para crear predicciones.
Con lo que todos aquellos que están interesados en BI, antes de ponerse a prepararlo, sería muy inteligente no solo validar los datos, sino buscar un sistema de doble ciego para poder confiar en ellos. Porque una vez te acostumbras a tener estos sistemas acabas por dar un valor absoluto al número que aparece, dejando de lado un gran porcentaje de realidad que no está contemplada, y todos sabemos como funciona el mundo real, nos puede dar alguna que otra sorpresa.
Película: The Empire Strikes Back
Esto es un resumen del artículo Si sólo conocieras el poder del lado oscuro del BI escrito para Exelisis. Visita la web para más información y compártelo si crees que es interesante.