Revista Psicología

Si te gusta el pelo azul, busca pelo azul.

Por Saval

Publicado por Álvaro Saval

Sí, es cierto que se puede creer que nos gustará tener una relación con alguien con el pelo azul y al conocer alguien con el pelo verde descubramos que estábamos en un error y que la vida al lado de alguien peliverde es mejor. También es posible que alguien con el pelo amarillo acepte cambiarse el color, hacérselo azul por hacernos felices y, oh sorpresa, se percate que con el pelo azul se está mejor. Eso puede pasar no obstante lo que suele pasar es que las parejas se terminan. Esto no implica que sea un mal final, implica que es un final y que, en la mayoría de los casos, el mutuo acuerdo es un autoengaño para hacer la vida algo más llevadera pero mentira al fin y al cabo.

Volvamos sobre los pelos. Si yo creo que necesito alguien con el pelo de un determinado color debería valorar la posibilidad de buscar el "amor" entre la gente con ese determinado color. Porque si yo quiero azul y estoy con rojo cabe la posibilidad de a) que me acabe hartando porque yo quería azul, b) que inste a la otra persona a cambiarse el color con el consiguiente enfado, molestia o intento inútil pero bienintencionado de cambio o c) lo del párrafo anterior, poco probable en cualquier caso. Sí, sí que el amor no se puede buscar, surge de manera espontánea y todos esos rollos románticos están bien pero son mentira. O no son del todo verdad. Ya no hay parejas de distintas clases sociales, de distintas culturas (bueno sí que las hay pero son minoritarias). Toda esa parafernalia del tsunami que rompe nuestras expectativas previas y acabamos envueltos en una apasionante relación con alguien que no encajaba en nuestros paradigmas no sucede. Y tampoco es malo. Al final lo normal es juntarte con gente similar, parecida. Evidentemente con ciertas diferencias (no hay dos personas iguales) pero en un estrato, en un nivel que nos proporcionaría la estadística sobre "semejanzas de la gente" bastante similar. Por norma general. Seguro que tú, estudiante de universidad privada en una capital española te has casado con un aborigen de un país que no eras capaz de colocar en un mapa. Pero en ese caso, disfruta la experiencia y no leas esta mierda de blog.

Pero volviendo al pelo. Entiendo que hay dos opciones. Si tienes claro que quieres alguien con pelo azul, lo lógico es centrar tus esfuerzos en ese grupo de población. La segunda, que me parece mejor y más humana, aceptar la gente con el pelo que tenga y si eres capaz de tener una buena relación con esa persona olvidar tus prejuicios previos que te hacían pensar que tú sólo serías feliz con alguien con el pelo azul. Pero no le obligues a tintárselo. Quiere a la gente tal y como es. O no la quieras, que tampoco es imprescindible la pareja, el trío o la relación afectivosexual en cualquiera de sus formas para que seas feliz o como buenamente llames a tu ideal de vida.


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