Si en verdad, lo hubieras deseado de corazón,
Habrías tú podido ser el dueño de mi corazón.
Frente a ti me tuviste, deseando dejarlo todo
Por recibir un poco de tu atención.
Si en realidad hubieras sentido algo por mí,
Poco te habría importado seguir el dorado rastro
Dejado por ese corazón teñido de falsedad
Que ha sabido cómo robarte hasta la mirada.
No habrías dudado mi por un instante
En despojarte de esos lujosos ropajes,
Conseguidos a costa de tanta hipocresía.
¿Por qué tenías que mentir de esa forma?
Los sentimientos de otras personas,
No son un vulgar tipo de juego.
Cada cosa que se hace, se paga.
Y todas las lágrimas que causas,
Algún día a tus ojos regresarán.
Recuerdo todavía nítidamente,
El día en que dijiste sin reparos,
Que en tu vida, todas las cosas buenas
Entre tus manos pronto se escapan.
No te has puesto a pensar, cariño mío
Que tal vez te ha faltado bastante valor
Para salir de ese confort que te ha adormecido.
¿Pero quién soy yo para aconsejarte?
En el fondo, sé que jamás alzaras tus ojos,
Para mirarme directamente a los ojos,
Como la mujer que soy y tú pareces no ver.
Sin embargo, aquí me tienes,
Derrochando versos frente a una pared
Que jamás se dignará a abrirse ante mí
¿Qué le hiciste a mi corazón?
¿Tendrá remedio esta extraña pesadilla?
Las dudas no dejan de girar en mi mente,
Haciéndome imposible conciliar el sueño.
¿Qué clase de hechizo usaste en mí?
Aunque una pequeña parte de mi alma
Todavía sueña con sentir tu abrazo,
Ya no te puedo prometerte lo eterno.
No me estoy haciendo más joven
Y la noche es cada vez más fría.
Sigue allí, en tu Luna de papel,
Cosechando sonrisas fingidas,
Que el único amor verdadero
Que podrías haber tenido en esta vida…