Es difícil resumir el argumento de “Si tú me dices ven lo dejo todo…. Pero dime ven” sin desvelar ninguno de las mil cosas que le propio autor mantiene ocultas durante la mayor parte del libro.
En “Si tú me dices ven lo dejo todo…. Pero dime ven” , el protagonista, un investigador de niños desaparecidos va desvelando al lector detalles de su vida, mientras en el momento actual se encuentra entre la ruptura con su pareja y un nuevo caso que le conducirá a Capri. Es entonces cuando Dani descubrirá que en ese viaje no va a encontrar solamente a un niño si no que será el final de su propia identidad.
La reflexión es el eje que mueve esta novela. No miento si digo que no he podido leer más de tres páginas sin tener que parar a apuntar una frase o idea que me ha llamado la atención y que en ocasiones me ha hecho pensar si no estaría leyendo un libro de Paulo Coelho (sin llegar a ser tan espiritual o metafísico como el autor brasileño).
Tal vez el abundante uso de frases contundentes, ideas metafóricas, reflexiones y paradas en la historia para abordarlas sumado a un grado bastante alto de sentimentalismo puede hacerse en algún punto de la lectura excesivo llevando incluso a perder el hilo de la historia, actuando más como un libro de autoayuda que como una simple novela si lo que te gusta es simplemente una historia con presentación, argumento y desarrollo.
Es el único “pero” que le puedo encontrar a la obra de Albert Espinosa e incluso con ello la sencillez con la que está escrito hace que todo lo anterior: reflexiones, pensamientos… se hagan fáciles de leer y te dé la sensación de que al tiempo que te entretiene de una manera amena estas sacando un jugo muy valioso y enriquecedor.
Espinosa mantiene el interés en la historia haciendo que el personaje comience en cada capítulo una nueva parte de su vida sin llegar en ese momento a desvelarlo del todo, de forma que te quedas con ganas de saber más y te obligas a seguir para delante.
Muy posiblemente solo en la primera mitad de libro deja cuatro cabos sueltos, que no son necesarios para continuar la historia pero que te dejan con esa curiosidad e intríngulis del :”¿qué habrá pasado?.
La idea básica del libro es cuando menos original (no puedo dar detalles para no desvelar nada), y teniendo de fondo una parte de subrealismo no deja de ser simplemente la vida de una persona con sus problemas, miedos, inquietudes….
Con este libro se demuestra que no hace falta acudir a grandes “tochos” llenos de palabrerío, antiguos filósofos o a la sección “Vida y pensamiento” de cualquier librería para dar con una historia que al tiempo que te entretiene de una manera sencilla te haga pensar, te enseñe y te remueva algo dentro de ti.
“Si tú me dices ven lo dejo todo…. Pero dime ven” es una estupenda manera de darse energías por su pensamiento positivo, sus consejos y reflexiones y al mismo tiempo descubrir una historia amable, simpática en ocasiones, sentimental, interesante y viva.
FRASES DESTACADAS
“Parar el mundo es decidir conscientemente que vas a salir de él para mejorarte y mejorarlo. Para poder moverte y moverlo mejor.
En ese tiempo debes intentar que nadie ni nada te cree problemas. Alimentarte de buena literatura, de buen cine y sobre todo de la conversación de una única persona que te inspire en este mundo. ¿Y sabes que´? (…) Luego el mundo te premia. El universo conspira a favor de los que lo mueven. Y esos son los que lo paran. ¿Tu quieres mover el mundo o que te mueva?”
“La dificultad de la pendiente te hace olvidar que no paras de progresar y subir”
“Si pierdes el miedo a las caídas, caminas mejor y hasta puedes atreverte a correr”.
“Es imposible entender una relación si no has visto a una pareja discutir, amarse y dormir junta”.
“Si quieres mucho, amas, es el grado superior, es automático, no busques mas….”
- no podría vivir sin ti
- Si, si que podrías
- Si pero no quiero
La siguiente es que sea muy profunda pero cuando menos me ha resultado curiosisima además de que creo que es totalmente verdad.
“Leí una vez un estudio que explicaba que el corazón de una persona no para de latir a toda velocidad desde que entra en un aeropuerto.
Y esa aceleración es debida a las…. Prisas por encontrar el mostrador de facturación, por facturar lo deseado o no actuar absolutamente nada y que te obliguen a facturarlo todo, por obtener el asiento perfecto, por pasar el control de seguridad, por embarcar más rápido, por poder colocar las maletas de mano en el avión y que no te las envíen a la bodega, por el nerviosismo del despegue, por aquellos instantes de turbulencias, por el miedo al aterrizaje, por salir rápidamente del avión, por encontrar la cinta de equipajes, por marcharte del aeropuerto y por llegar a tu destino final.
Lo increíble del estudio es que lo que menos altera las pulsaciones es el viaje en avión propiamente dicho y lo que más, el colocar la maleta de mano. La importancia de que nuestra posesión esté segura cerca de nosotros. Y lo ideal, como siempre, es que resida encima de nuestra cabeza”.
“La vida me ha recordado en numerosas ocasiones que siempre hay un peldaño inferior al inferior y también uno superior al superior”.