Sí, un cómic puede engancharte

Es habitual eso de oír a alguien desear encerrarse en casa para meterse en el sofá y disfrutar de una buen maratón de series o de películas hoy en día. Pero resulta que he probado en mis propias carnes que es posible obtener el mismo placer con un cómic. Monster, del japonés Naoki Urasawa me ha provocado esa bendita adicción de terminar un capítulo y prometerme que el siguiente será el último para luego romper mi propio compromiso y devorar volúmenes de cómics (están agrupados en diez tomos). Su protagonista, Tenma, un cirujano de talento, se convirtió en un miembro díscolo de mi familia, porque sus andanzas me obligaban a retrasarme a la hora de sentarme a la mesa para comer o al ir a acostarme. Al principio, la historia de este médico que atiende a dos gemelos, Nina y Johan, y que salva, de forma milagrosa, la vida del segundo, parece demasiado simple, con estereotipos como ese que sitúa los males del mundo en la URSS y, por ende, en sus satélites y en la Alemania comunista, para, con el paso de las páginas, presentar una serie de personajes que otorgan a la historia cada vez más profundidad, interés y suspense. Tras devorar esta historia me he enterado que se grabó una serie de anime que se estrenó allá por 1994. Creo que será mejor que no la busque. Ay, perdonen que les deje, voy a ver si la encuentro...