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Sicario de Pablo Escobar mintió sobre bomba en avión de Avianca

Publicado el 23 noviembre 2020 por Joseantortega

Un atentado narcoterrorista que dejó 107 ocupantes muertos; un sicario (la ‘Quica’), condenado a cadena perpetua, que jura que él no participó, y otro más (el ‘Arete’), escondido en España, que asegura que fue él quien armó el artefacto explosivo y lo planeó todo.

Han pasado 31 años y mientras tanto, familiares de las víctimas siguen esperando justicia. Para aproximarse a lo que sucedió, le entregarán un informe a la Comisión de la Verdad (a través de la Fundación Colombia con Memoria) con datos inéditos y declaraciones de actores claves de esa oscura jornada.

Uno de ellos es el entonces agente especial José Ballesteros, de la Dirección de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) de Estados Unidos, que terminó indagando por el bombazo a la aeronave, que cubría la ruta Bogotá- Cali.

El caso de la ‘Quica’

En 1989, Ballesteros estaba afincado en El Paso, Texas: “Mi especialidad era la investigación del tráfico internacional de armas y explosivos. Y, como instructor, capacité en el manejo y destrucción de explosivos”.

En junio de 1989 fue asignado a trabajar temporalmente en Colombia para contrarrestar el flujo de armas y explosivos a los narcotraficantes y la guerrilla.
“Capacité a múltiples elementos de la Policía, el Ejército, la Armada y el DAS en la identificación de armas, explosivos y artefactos explosivos”, recordó.

El 2 de diciembre de 1990, cuando el cartel de Medellín intentaba arrodillar al país a punta de asesinatos y narcoterrorismo, el agente fue enviado permanentemente a la embajada de Estados Unidos en Bogotá. Y meses después, entre otras, recibió una misión clave.

“Cuando Carlos Alzate Urquijo, alias el Arete, trató de asumir la responsabilidad de ser el autor del atentado, lo interrogué, armado con los resultados de la investigación. Se quería determinar si estaba diciendo la verdad”, señaló Ballesteros.

En ese momento estaba andando en Nueva York el juicio contra Dandeny Muñoz Mosquera, alias la Quica, acusado de armar y poner el artefacto explosivo en el vuelo 203 de Avianca.

“Gustavo de Greiff, entonces fiscal general, intentó interferir en el juicio de la ‘Quica’, alegando que el verdadero culpable era Alzate y no Muñoz ”, le dijo Ballesteros a EL TIEMPO.

“El Arete’ miente”

“Fue hace muchos años, (…) lo que me dijo no era consistente con lo que los investigadores y expertos en explosivos determinaron tras examinar los restos del avión y del artefacto”, aseguró Ballesteros.

Y continuó: “Sus respuestas me dieron la opinión de que él no fue el que hizo o colocó el artefacto en el avión. No digo que no estaba involucrado, pero dudo que fue la persona responsable de la fabricación y colocación del artefacto”, insistió.

Y admite que le impresionó cómo un sicario tenía conocimiento del uso de explosivos y sabía armar una bomba casera: “Pero también me dio la impresión de que estaba mintiendo. No se comportó como una persona normal, acusado de un crimen tan atroz. Estaba relajado y hablaba abiertamente y sin miedo de las consecuencias”.

Ese día estuvo la fiscal Cruz Elena Aguilar y Ballesteros aseguró que no sospechaban que Aguilar podría tener nexos con los capos que pretendía investigar.

¿Por qué el ‘Arete’ intentó salvar a la ‘Quica’?

Ni Ballesteros ni el país conocen la respuesta. Pero, como lo reveló EL TIEMPO, el ‘Arete’ vive en España, con una carta en la que consta que supuestamente colaboró con la justicia y obtuvo beneficios. Y la ‘Quica’ completa 29 años preso.
La versión del misil

Sobre la bomba, el exagente dice que solo sabe que el tipo de explosivo usado contenía RDX y Pent.

“Se especula que el explosivo que usó fue semtex. En todo el tiempo que pasé trabajando con unidades en Colombia (1989-1995), nunca hubo un caso en el que encontráramos ese explosivo en manos de la guerrilla o narcotraficantes”, señaló.

Y explicó que Semtex es un explosivo checo, que contienen RDX y pent, utilizado comercialmente y con aplicación militar. Pero otros explosivos mineros podrían contener esa mezcla: “Un artefacto casero usando un estopín, un metro o menos de cordón detonante, y un refuerzo de reparto también podría dejar rastros de RDX y pent. Sería ligero y portátil, con suficiente fuerza para destruir un avión en el aire”.

Sobre la versión de que fue un misil lo que derribó el HK 1803, el exagente dijo que había rumores de que la mafia y la guerrilla podrían tener misiles antiaéreos. Pero nunca fueron encontrados por el Ejército, la Armada o alguna otra agencia.

“La única referencia del decomiso de un misil antiaéreo fue un tubo de un Ojo Rojo desechable y gastado encontrado en Medellín en 1992. Fue rastreado a Panamá donde se usó para instrucción”, puntualizó Ballesteros.

Con información de El Tiempo


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