En Agrigento nos alojamos en el B &B La Dolce Vita, era una habitación de estilo rococó que nos hizo sentir como si estuviéramos viajando en el tiempo, en otra época.
Aunque tan sólo el Valle de los Templos se encontraba a unos 3,5km, nos dirigimos hacia la estación de autobuses para coger el bus que nos llevaba hacia allí.
Una vez llegados al Parque Arqueológico, compramos las entradas que nos costó unos 10 euros. Empezamos siguiendo la ruta marcada y ante nuestros ojos pudimos contemplar el Templo de Hera, conocido también como el Templo de Juno y ubicado en un pequeño montículo.
Debido a un terremoto que sucedió años atrás, parte del templo se derrumbó excepto las columnas que permanecen intactas, así como el altar del sacrificio. Cerca vimos también un olivo que tenía más de 500 años.
El Templo de la Concordia es el más destacado del recinto porque es el mejor conservado del mundo. ¡Cuántas veces hemos visto esta imagen en el logo en la web de la Unesco!
Es un templo precioso y su construcción fue en el año 430 A.C. y posteriormente se convirtió en basílica en el siglo VI. Desde todos los ángulos del templo pudimos apreciarla en su interior. Una obra magnífica en todo su conjunto. Justo delante yacía la estatua de Ícaro donde todo el mundo se detiene para hacer la foto típica.
Seguimos por unos jardines donde nos sentamos a descansar bajo la sombra y admirar sus plantas y árboles alrededor de una mansión, Villa Aurea.
Seguimos andando hacia el Templo de Hércules, el más antiguo de Agrigento que fue construido en el siglo VI A.C.
Más abajo vimos la tumba de Terón, de estilo romano.
Más adelante vimos las ruinas del Templo de Giove Olímpico, de estilo dórico, el más grande del recinto y del mundo pero fue destruido por los cartagineses.
Detrás del templo yace un hombre de unos 8 metros de largo con los brazos en alto como sosteniendo el templo, es la estatua de Zeus pero es una copia pues el original se encuentra en el Museo Arqueológico de Agrigento.
El Valle de los Templos lo visitan al año unas 600.000 personas, que no es poco.