Desde aquí caminamos hacia el casco antiguo, declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2002 y nos asombramos al ver sus calles empedradas impolutas con iglesias y palacios impresionantes.
Subir a la Catedral de Ragusa era como una pirámide colosal por la cantidad de escaleras que había que subir hasta llegar a ella. Los integrantes de una reciente boda bajaban con sus trajes elegantes, mezclados entre el turismo.
Visitamos por dentro la Catedral de San Giorgio que más bien se asemejaba a un teatro con sus enormes cortinajes y las enormes lámparas que colgaban de los arcos.
Nos dirigimos en dirección al Museo de San Giorgio y las calles se encontraban decoradas con plantas y las casas de piedra pintadas de colores ocres y amarillos daban un encanto particular.
Algunos de los edificios por los que pasamos tenían reminiscencias catalanas, cuando era la época de la Corona de Aragón.
Pasamos por la Vía Scala que era la conexión a Ragusa Superiore y nos perdimos entre callejuelas y plazas, apreciando unas lindas panorámicas.
Por la tarde, como nos daba
tiempo quisimos visitar Noto, también inscrito en la Unesco desde el 2002
Desde la estación había que andar unos veinte minutos y paramos a tomar una granitta, deliciosa con el calor que hacía y enfrente teníamos la Chiesa di San Franchesco della Inmaculada.
Entramos dejando detrás su imponente escalinata junto al Corso Vittorio Enmanuelle, la arteria principal de la ciudad. En su interior hay una nave alargada de forma rectangular y en el altar se encontraba la estatua del Sagrado Corazón.
Subimos por la calle donde se encuentra el Palazzo Nicolae di Villadorata, con adornos de gárgolas en los balcones. Al final de esta calle pudimos ver otra de las innumerables iglesias.
En Noto, a mediados de mayo hacen un festival de flores engalando sus calles, con música y desfiles.
Finalmente visitamos la Catedral di San Niccolo, de estilo neoclasicista, nos pareció imponente con su gran escalinata y las estatuas de bronce. Dicha catedral fue elevada a Basílica Menor por el Papa Benedicto XVI en el 2012.
Al día siguiente fuimos a Módica, donde fuimos a visitar su centro histórico medieval. La Catedral del Duomo di San Giorgio se encontraba en la parte alta y había que subir unas doscientas cincuenta escaleras hasta llegar a ella.
Pero caminar por sus callejuelas de piedra cuesta arriba se nos hacía muy agradable con el aroma que desprendían las flores a medida que íbamos subiendo.
De estilo barroco, como la mayoría de iglesias y catedrales en Sicilia, nos recreamos para ver su interior donde había una bella escultura de San Jorge con su caballo luchando con el dragón , un órgano maravilloso, retablos, lámparas…etc.
Las vistas eran espectaculares desde aquí. Continuamos hasta el Duomo di San Pietro y la Chiesa di San Giovanni Evangelista.
Más allá nos topamos con la Chiesa Rupestre di San Nicolò Inferiore, del siglo XII, por lo que se considera la iglesia más antigua de Módica. Una pena porque se encontraba cerrada. Esta iglesia tiene la peculiaridad de haber sido descubierta por accidente en 1987...