Terrasini, según nos contaron, es muy turístico en verano. Nosotros fuimos del 14 al 19 de Octubre y tenía poca gente, pero gozamos de un maravilloso clima de a partir de 30º. Esa noche fuimos al interior (Partinico) a cenar a una "casa". Son restaurantes en enormes casas rurales donde comes muchísimo y toda clase de comida típica italiana, por supuesto siempre con su pasti, antipasti, carne y postre.
Aterrizando casi...
Por la mañana, nos acercamos a Cinisi a desayunar a un lugar muy típico, donde tomamos capuccino con pasteles. Estos que muestro a continuación son una pasta a base de almendra y después les hacen la forma de diferentes frutas. Son muy típicos y están muy buenos si eres amante del mazapán y ese tipo de manjares.
Después, pasamos la mañana en la playa (una auténtica gozada) y ya por la tarde nos acercamos a Palermo. Eso lo vamos a ver mañana, juntando las dos tardes que fuimos a la ciudad. Os dejo otra fotografía más hecha desde el coche para que veáis el paisaje que nos rodeaba allá donde íbamos. Resulta que al menos la zona donde estuvimos es costa, carretera y después cordillera, jajaja, así que esto es lo que se veía desde cualquier parte, montañas, y al otro lado, el agua. Interesante isla, muy bella.
Al día siguiente nos fuimos en plan aventura en busca de un parque natural justo al lado de San Vito Lo Capo. El problema fue que al llegar allí (un lugar precioso con formaciones rocosas en forma de arcos en el mar, parecido a la Playa de las Catedrales o a algunas zonas del Algarve portugués), resulta que el único acceso era una ruta senderista espectacularmente bella, de algún kilometro (no muchos). No se podía acceder con carro de bebé, no se podía acceder con el niño ni en brazos ni caminando (al menos no lo recomendaban) y desde luego cuando vieron que yo tenía un esguince en el tobillo pusieron el grito en el cielo y me negaron el acceso. Entrar costaba unos 5€ por persona, estaba muy bien y sin duda merecía la pena.
Fotografía desde el parking de la reserva natural, se aprecia una cueva a la derecha pero todo lo bueno sólo se veía o bajando o desde el coche, y no hay quien separe la vista del asfalto en Sicilia.
Al encontrar nuestros planes truncados, intentamos acceder a una preciosa playa cercana pero era privada y pedían 3€ por entrar. No nos dio la gana y seguimos hasta otra, preciosa también y gratuita. No pudimos acceder porque era de cantos rodados en vez de arena y ni mi esguince ni el carro de César lo permitían. Nuevamente no fue el momento para disfrutar con plenitud de tan precioso paraje. De manera que seguimos avanzando en nuestro viaje de regreso a Cinisi hasta encontrar un restaurante con un mirador precioso, en Castellamare del Golfo, y aquí nos quedamos a degustar una deliciosa pasta con almejas y salsa de Pistacho y una carne con salsa de champiñones seguido todo de unos pasteles típicos exquisitos a los que nos invitaron. A continuación una foto desde el restaurante y en los geopanoramas de la barra lateral derecha hay otra.