La doctora Alice Howland (Julianne Moore) es toda una figura de la
lingüística que da conferencias por diferentes universidades. Recién
cumplidos los cincuenta años le diagnostican un estado inicial de
alzheimer, lo que complicará sus relaciones familiares y su vida
profesional.
Wash Westmoreland y Richard Glatzer codirigen
“Siempre Alice” adaptando la novela homónima de Lisa Genova. La
evolución del personaje protagonista según va siendo consciente de su
enfermedad y la progresiva degeneración de esta recae totalmente en el
trabajo de Julianne Moore, que nos ofrece su mejor interpretación desde
hace varios años en lo que parece un resurgir de su carrera al optar por
papeles más potentes tras “Don Jon”, “Carrie” y la próxima “Maps to the
Stars”. Todo el foco de la película recae en su personaje, donde el
resto de miembros de su entorno no son más que gente que la circunda
pero no llegan a tener peso específico, pese a que entre los intérpretes
que dan vida a sus familiares tenemos a actores como Alec Baldwin, Kate
Bosworth y Kristen Stewart. El punto de vista que toma la narración es
el de Alice, con ella experimentamos elipsis dilatadas en las que no
parecen haber pasado el tiempo pero es por las conversaciones de los
demás que llegamos a saber que nos hemos perdido semanas o incluso meses
como la protagonista.
La autora del material en que se basa la
cinta, Lisa Genova, está graduada en neuropsicología y tiene un
doctorado en neurociencia. El conocimiento de la enfermedad, sus
síntomas y sus consecuencias están muy bien afrontados en la historia y
se aprecia que si no ha sufrido un caso familiar cercano ha tratado con
pacientes y se ha documentado seriamente. Aunque la versión del mal que
se nos presenta en esta película es un caso raro por darse a una edad
tan temprana, el desarrollo es el mismo que tendría en una persona
mayor. El alzheimer es incurable y el tratamiento no retrasa su
agravación, en “Siempre Alice” asistimos a lo que parece un año y avanza
desde pequeños olvidos hasta no ser capaz de recordar ni quién es,
pasando por momentos peores y mejores en los que puede parecer que se
recupera para volver a recaer sin un motivo aparente. El esfuerzo que
han de hacer los que tratan a los afectados es muy duro, especialmente
cuando estos se vuelven agresivos aunque ese estado es algo que no se
recoge en el período que abarca la cinta. Mi puntuación: 6,5 sobre 10.
“Siempre Alice” llega a las salas españolas el día 16 de enero.
Crítica de Sergio Cardete.