Siempre las mismas

Como ya sabemos, el principal espacio de riesgo de muerte para las mujeres son sus propios hogares.

   Como también sabemos los feminicidios son la principal causa de muerte de las mujeres entre los quince y los cuarenta y cuatro años.

   En lo que llevamos de año y según el portal FEMINICIDIO.NET son ya setenta y cinco (75) las mujeres asesinadas en el Estado Español. Dos de ellas en el mes de noviembre y “solo” estamos a cinco.

   Es triste, muy triste, comprobar como siempre somos las mismas en ser asesinadas por, también, los mismos: Los hombres.

   Cuando una mujer o una criatura son asesinadas por violencias machistas, no solo muere ella es, también, un fracaso de toda la sociedad que no la supimos proteger. Y es otro éxito del patriarcado que, de esa manera refuerza su poder, a base de ejercer violencia y terror.

Las expertas coinciden en afirmar que, hasta llegar al asesinato, una mujer lleva unos diez años sufriendo vejaciones y todo tipo de violencias machistas. ¡Diez años, que se dice pronto!

La falta de formación en temas de prevención de las violencias machistas en todo su abanico, la dificultad para su detección, la entrada “suave” a través de los micromachismos y la justificación social de los mismos bajo la excusa de que solo son “bromas” o que cuando les paramos los pies “somos unas exageradas que todo lo sacamos de contexto y lo magnificamos con tal de hacernos las víctimas y así llamar la atención y, sobre todo la vergüenza de exponernos socialmente al estigma, son solo algunas de las causas por las que son tan difíciles de erradicar.

Sobre todo, la formación en edades tempranas y hablar claramente con las familias y sentirse amparadas y protegidas familiarmente hablando es fundamental.

Conozco casos en los que cuando una mujer ha sufrido este tipo de violencias por alguien de su entorno, la familia ha decidido apoyar al maltratador y cuestionar la voz de las mujeres quienes, nuevamente se han quedado solas y sin la protección familiar. Es terrible la mella que hacen en ellas y la desconfianza e inseguridad que siente esa mujer a partir de ese momento.

El hecho de cuestionar sistemáticamente la voz de las mujeres en este y otros temas he llevado incluso a que el ministerio de igualdad ofrezca unos datos sesgados de las víctimas por violencias machistas dejando fuera del mismo todos los asesinatos de mujeres o feminicidios que no hayan sido ejecutados por parejas o exparejas de las víctimas. De ese modo, las niñas asesinadas no son consideradas víctimas por feminicidio. Como tampoco lo son las mujeres asesinadas por sus hijos o por ser mujeres prostituidas y tantas otras categorías. Pero lo que todas ellas tienen en común es que son mujeres asesinadas en un porcentaje que se acerca peligrosamente al cien por cien, por hombres.

Que el Poder Judicial afirme que solo en dos mil veintitrés (último año con datos completos) hubiera ciento noventa y cuatro mil seiscientas cincuenta y ocho (194.658) víctimas, lo que significa que cada día quinientas treinta y tres mujeres (533) fueron víctimas de algún tipo de violencia machista nos da una pista de cómo está la situación.

Según la misma fuente, las mujeres afectadas aumentaron un diez por ciento (10%) respecto del año anterior. Y quiero insistir en lo que dicen las expertas: Solo un diez por ciento de las mujeres se atreve a denunciar a su agresor. Desde esa perspectiva, las cifras son aterradoras.

Por el contrario, para el ministerio de igualdad con criterios mucho más “suaves” a la hora de considerar víctimas a mujeres que han sufrido algún tipo de violencia machista, en el presenta año se han sido asesinas treinta y cinco mujeres (35). Como vemos diferencias abismales entre las cifras “oficiales” y las reales contempladas por FEMINICIDIO.NET que contempla de manera mucho más amplia lo que se puede considerar violencias machistas.

Con este panorama nos encontramos con situaciones como la del País Valencià en donde el gobierno autonómico depende del apoyo de un partido de ultraderecha que niega ese fenómeno y que, por tanto, ha dejado sin fondos específicos la formación para la prevención.

Y las mujeres seguimos siendo asesinadas por ser mujeres y a su vez, con que los asesinos son mayoritariamente hombres, por mucho que el partido de ultraderecha lo niegue.

No voy a negar que se han puesto medios para evitar estos asesinatos baldíos, pero tampoco voy a negar que, si se sigue asesinando mujeres, habrá que dar más pasos en el camino de la erradicación del patriarcado y seguir insistiendo en que la educación es un arma poderosísima para cambiar las sociedades.

Así las cosas, a las feministas históricas y radicales, nos queda el camino de la denuncia y de seguir insistiendo para que se dediquen más medios a combatir y prevenir los asesinatos de mujeres.

Y habrá que comenzar por creer en sus voces y en sus testimonios y no hacerles pasar verdaderos calvarios hasta conseguir sentencias que siempre, siempre se quedan cortas cuando de agresiones de todo tipo a mujeres se trata.

Mi voz se va a seguir alzando para condenar los asesinatos de mujeres, siempre. Espero que, como la mía, sean muchas más las que también se alcen.

Y espero, también, que no solo sean voces de mujeres y que los hombres también se corresponsabilicen en esta labor de prevención de nos concierne a toda la sociedad por igual.

Porque cuando tocan a una, nos tocan a todas.

Ben cordialment,

Teresa