Revista Arquitectura

Siempre los mismos paisajes

Por Paisajetransversal @paistransversal
por Miriam García García
El pasado martes 27 de diciembre, vi descorazonada una sucesión de comentarios, entradas y tuits en la red suscitados por la aparición en la prensa de una noticia cuyo titular era el siguiente: «Arabia Saudí dedicará 66 600 millones de su superávit a construir 500 000 casas»
Siempre los mismos paisajesProyecto junto a Jeddah, donde se construirá la torre más alta del mundo (elmundo.es)
En pocos minutos, la red se llenó de comentarios de profesionales del mundo de la construcción dispuestos a hacer las maletas y afrontar el reto de construir a miles de kilómetros de casa. En la pantalla del ordenador se agolpaban las imágenes unas veces sugeridas y otras dibujadas de urbanizaciones de baja densidad en entornos yermos, campos de golf en medio de áridos desiertos, altas torres, las más altas del mundo, en lugares aún sin nombre. La ilusión inicial por el anhelo de nuevos horizontes se tornaba poco a poco en desconcierto cuando los comentarios dejaban entrever que no se trataba de un auténtico viaje de descubrimiento, sino de un éxodo masivo que permitiera, repitiendo los tipos de antaño, volver a hacer caja mientras en Europa las cosas se arreglan. 
Es como si aquellos territorios, sus paisajes, la cultura, el aire, el mar, el viento y el sol, no valiesen nada porque son de otros. Parece que no merece la pena reflexionar sobre lo que significa construir, hacer ciudad, país y paisaje en otros lugares. Tampoco vamos a explorar nuevas tipologías, nuevos espacios de relación, nuevos modelos de gestión de lo público y lo privado, modernas estrategias que permitan hacer más eficientes los recursos energéticos y las infraestructuras. Además, como lo que sobra es suelo —y parece que también dinero—, tampoco vamos a planificar en clave de sostenibilidad, ni procurar elementos de conexión ecológica a escala territorial, ni nada de eso. Vamos a hacer lo mismo que hemos hecho hasta ahora porque aunque los tiempos cambien, nosotros solo mudamos la piel. 
Siempre los mismos paisajes Siempre los mismos paisajesDesarrollos urbanísticos en Dubái
Durante el siglo XV y hasta comienzos del XVII, los navíos de Europa surcaron los mares del mundo en busca de nuevos socios y rutas comerciales. En estos viajes descubrieron naciones y cartografiaron territorios que anteriormente no conocían. Estos descubrimientos ensancharon el mundo, aproximaron culturas y tradiciones, y sirvieron de base para grandes e importantes avances tecnológicos y científicos. Sin embargo, del mismo modo, amplios sectores de la sociedad no pudieron zafarse del viejo molde que implantaba métodos rígidos de comportamiento y actuación y, en muchas ocasiones, estas exploraciones se convirtieron en auténticos expolios de tierras, pueblos e identidades. 
Siento que algo similar está ocurriendo; de nuevo, el viejo continente —los viejos continentes— está enviando a sus hombres y mujeres a explorar nuevos horizontes para alimentar a los mercados, y, como en el pasado, cientos de personas preparan el hatillo en busca de nuevas oportunidades. Sin embargo, los siglos que nos separan de los primeros exploradores deberían permitirnos no defraudar a la historia cometiendo los mismos errores una y otra vez. 
Me gustaría pensar que hay otros mapas para iniciar estos viajes: 
Siempre los mismos paisajes

Este mapa es una ilustración de «The Hunting of the Snark: an agony in eight fits» un poema de Lewis Carroll; todas las ilustraciones de este poema, publicado por primera vez en 1876, son de Henry Holiday. El mapa representa una carta de navegación que ayuda al principal protagonista y a sus compañeros a cruzar el océano para la búsqueda y captura de un animal mitológico, el snark. El mapa no contiene, literalmente, nada. Es un mapa abierto al descubrimiento desde la experiencia; un mapa, como el propio viaje, aún por hacer. 


He had bought a large map representing the sea,
Without the least vestige of land:
And the crew were much pleased when they found it to be
A map they could all understand.
“What’s the good of Mercator’s North Poles and Equators,
Tropics, Zones, and Meridian Lines?” 
So the Bellman would cry: and the crew would reply
“They are merely conventional signs!
“Other maps are such shapes, with their islands and capes!
But we’ve got our brave Captain to thank: 
(So the crew would protest) “that he’s bought us the best—
A perfect and absolute blank!”
Lewis Carroll

Creo que debe existir para todos un compromiso ético que haga posible que los proyectos que se realicen en estos paisajes partan de mapas como el del poema de Carroll, sin prejuicios, sin «a prioris», sin trampa ni cartón. 
Ver es una forma de pensar, de imaginar, ya que detrás de la visión siempre hay tanto de invisible como de visible. Decía Plinio que «la mente es el verdadero instrumento de la visión, y la observación y los ojos sirven como una especie de vasija que recibe y transmite la porción visible de la conciencia». Miremos estos territorios con los ojos de la historia y reconozcámoslos como oportunidades para el aprendizaje y la solidaridad de los pueblos y sus paisajes. 
Miriam García García es arquitecto, Técnico urbanista. LandLab, laboratorio de paisajes  [email protected]
Revisión y corrección de estilo del texto a cargo de Sara Hernández Pozuelo


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