Revista Educación

Siempre nos quedará el faro

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Siempre nos quedará el faro Siempre nos quedará el faro

Hay historias que buscan el momento de revelarse, ese instante adecuado en el que los lectores estemos en el punto de maduración exacto como para entender todo el jugo de las palabras. Uno de estos libros ha sido para mí en estos días , de Virginia Woolf, una lectura que puede parecer difícil para algunos, sobre todo en estos tiempos de elogio de la rapidez. Porque en esta obra, la escritora inglesa describe una estampa cotidiana de una familia acomodada, Los Ramsay, en la casa de la que disponen para disfrutar del verano. Una excursión al faro desvela el combate entre la necesidad de esperanza o de crudo realismo, así como las difíciles relaciones que se combinan en toda familia, por el mero hecho de estar constituida por personalidades únicas, que se ven abocadas a defenderse de los vaivenes del azar y las convenciones sociales. La descripción de la Naturaleza es fundamental en Al Faro, vehículo para mostrar lo que de verdad importa, porque página tras página, imagen creada tras otra, lo que se manifiesta en las letras de Woolf es el transcurso de la vida, el destino final y la cultura y la creación como muelle al que aferrarse durante el camino.

Pasa la existencia, de unos y otros, mientras permanece, erguido, rompiendo el horizonte, el faro, impasible ante las calmas y las tempestades.


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