Si quieres sorprender a tu pareja y atesorar un recuerdo para toda la vida os recomiendo la Ciudad de las Luces. Incluso si vuestra relación no termina funcionando, podréis tener una despedida de película y quedaros tan tranquilos con un simple “siempre nos quedará París”. No obstante, en estos momentos os encontráis en la cima de vuestro amor, y que mejor que demostrarlo en la capital francesa, admirando las vistas de la ciudad desde la Basílica del Sagrado Corazón o paseando con vuestra princesa (o príncipe) por los jardines del palacio de Versalles. Y es que la Ciudad del Amor presenta una oferta turística sin igual en cuanto a destinos románticos.Y si no eres una persona romántica, al menos fíngelo durante tu estancia en París. Levántate temprano y prepara un buen desayuno a base de café, croissant y fresas. La visita a la colina de Montmartre, dónde todas las parejas se reúnen para expresarse su amor, es una cita inexcusable. En la cima se encuentra la Basílica del Sagrado Corazón, construida con fondos de todas las partes de Francia, estando los nombres de todos los donantes esculpidos en la piedra blanca de la Basílica. Desde aquí podremos observar unas vistas impresionantes, todo París se encuentra a nuestros pies (impresionantes las vistas por la noche) y estamos rodeados de parejas jóvenes que se dan la mano y se besan con pasión.Justamente detrás de este símbolo del romanticismo francés encontramos la Place du Tertre, rodeada de cafeterías y restaurantes para todos los bolsillos. Sin embargo, lo que más llama la atención es la cantidad de pintores que intentan captar la belleza de la plaza en cualquier momento del día. Para complacer aún más a tu pareja (sobre todo si es mujer) cuéntale que vuestra próxima parada es el barrio de Saint Georges para ver el Museo de la Vida Romántica. Y es que por el camino os encontrareis con una de las más famosas calles de tiendas de París, la “calle de los escaparates” (Martyrs).
Un buen sitio para pasar el atardecer es la Plaza de las Vosgos, situada en el barrio de Marais, que tiene el gran honor de ser la plaza más longeva de París. Esta es una barriada perfecta para cenar, aunque si quieres llegar al culmen del romanticismo (quizás un poco empalagoso ya), entonces puedes deleitar a tu pareja con una velada inmortal surcando el río Sena. Después de un día tan largo, lo mejor es ir a disfrutar de la intimidad que nos proporciona nuestro hogar temporal, ya sea en un hotel o en uno de los numerosos apartamentos en la ciudad de París.
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