Magnífico Félix Ovejero en La Revista de Libros. Ahora que ya han sido las elecciones. La triple I con la que contaminamos siempre el debate. Un debate imposible cuando sospechamos por sistema del oponente. Cuando convertimos en enemigo al adversario. No se pierdan su reflexión todavía el socialismo
"En una fórmula condensada, el
supuesto básico del que se nutre el debate es que los otros son ignorantes,
imbéciles o inmorales. La tripe I. Un camino peligroso: no cabe el debate si
descartamos la buena fe o la capacidad intelectual de nuestro interlocutor, si
asumimos que no cree o no sabe lo que dice. Como los otros de los demás somos
todos, la disputa democrática, en esas condiciones, se vuelve tóxica. Peor aún,
no es que emponzoñe el debate, es que se niega por principio: no nos podemos
dar razones si no nos reconocemos como interlocutores."