Revista Educación

Siempre podemos contar con Malena Alterio

Por Siempreenmedio @Siempreblog

(Referentes femeninos IX)

Para la generación que nacimos en la década de los setenta, la actriz Malena Alterio ha sido mucho más que miembro de una conocida saga familiar de buenos intérpretes. Durante nuestra juventud, su papel como Belén en Aquí no hay quien viva nos acompañó en el periplo por buscar un trabajo que no fuera precario y encontrar un amor que nos acompañara por el buen camino y no nos intoxicara. Nosotras éramos del montón, como Belén, e intentábamos sobrevivir en un mundo que se empeñaba en dejarnos claro que apenas nos veía. Por supuesto, Malena Alterio nunca ha sido, ni de lejos, invisible, tras poner punto y final a su protagonismo en la serie, ha estado presente en nuestras vidas, en producciones audiovisuales de géneros diversos. Y ha sido un gusto siempre disfrutar de ella en la pequeña y la gran pantalla. Pero ahora, cuando, igual que nosotras, cumple esa edad en la que la sociedad se empeña en invisibilizarnos más y en situarnos en ciertas fronteras de cuidado ajeno, volvemos a poder contar con ella, con Malena Alterio, que se convierte en Lucía, la protagonista de Que nadie duerma, una película, basada en un libro de Juan José Millás que no he tenido el gusto de leer, que muchos han tildado de extraña, quizás porque mezcla géneros, pero con el pilar, a veces en peligro de derrumbe, de una mujer que, oh milagro, siente, desea, lucha, y, sobre todo, se harta de que la tomen por el pito de un sereno. Sólo nuestra Malena podía ser capaz de transmitir a la vez la fragilidad y la fortaleza de una mujer de mediana edad que se enfrenta a la desgastante labor de cuidar a sus mayores y a la necesidad de reinventarse en el ámbito laboral, porque ha pasado media vida en una mismo trabajo del que sale escaldada.

Así que sí, otra vez podemos contar con Malena Alterio, para que salga a los escenarios, para que recoja merecidos premios como el Feroz y el Goya y diga al mundo que sí, que estamos en una edad perfecta, que no sólo no nos vamos a esconder en ningún extrarradio social, sino que es el momento de cosechar tanta buena siembra. Como dice Lucía en la película, la vida real le diría a la ficción que no mienta. Y a la sociedad también, que reconozca el talento y el trabajo bien hecho. Y al cine, que ofrezca a Malena Alterio más protagonistas interesantes.


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