Siempre tuyo, de Daniel Glattauer

Título: Siempre tuyo Autor: Daniel Glattauer Editorial: Alfaguara Año de publicación: 2012 Páginas: 277 ISBN: 9788420411064 Este es el tercer libro que leo de Daniel Glattauer después de Contra el viento del norte y Cada siete olas, dos novelas que me entusiasmaron. El estilo del autor me atrapó, me hipnotizó y me fascinó y tenía muchas ganas de volver a leer algo suyo. Por eso, cuando María, del blog De todo un poco me recomendó Siempre tuyo, no me lo pensé y se lo pedí prestado. El libro me ha durado un par de tardes, así que ya os podéis hacer una idea de lo mucho que me ha gustado. María me avisó de que en este nuevo libro de Glattauer no iba a encontrar lo mismo que en los dos anteriores, ¡y qué razón tenía! No esperéis una gran historia de amor, romanticismo, personajes empalagosos o una vida de color rosa. 
Porque no hay nada de eso. Lo que sí hay es una historia totalmente adictiva desde la primera hasta la última página y mucho misterio, suspense y tensión que envuelven al lector en una angustia que por momentos se vuelve asfixiante cuantas más páginas leemos. Porque es cierto que esta novela habla de amor, pero también de adicción, de locura, de miedo, de obsesión. Judith vive en Viena, tiene 37 años y dedica su vida a su tienda de lámparas, un trabajo que le apasiona y que no cambiaría por nada del mundo. El tiempo libre lo dedica a estar con su familia y sus amigos. Le encanta ir a visitarlos y que ellos la visiten en su casa. Disfrutar de su compañía, de una buena comida y de un buen vino. Pero su apacible y tranquila vida cambia de golpe cuando un día, en el supermercado, conoce a Hannes Bergtaler cuando él le atropella sin querer con el carro de la compra. A simple vista Hannes es un hombre guapo, apuesto, inteligente, seductor, atractivo, divertido, detallista. Tiene una dentadura perfecta y un buen trabajo como arquitecto y restaurador de farmacias. Y, lo más importante, tiene 42 años y está soltero. Hannes enseguida demuestra su amor, su pasión y su deseo por Judith. No lo oculta. Ni a ella, ni a nadie. Y por eso no tiene ningún reparo en entrar de golpe a formar parte no solo de su vida, su día a día, sino también de su trabajo, su familia y sus amigos. Pero lo que más sorprende e irrita a Judith es que parece que ella es la única a la que le molesta, le inquieta e incluso le asusta esta nueva situación. Esta historia de amor, esta relación tan intensa, tan profunda, tan rápida, tan desconcertante. Una historia de amor horriblemente feliz. Hannes es perfecto, el novio, el amante, el amigo, el yerno con el que todos sueñan.  Pero Judith no lo siente así. ¿Por qué nadie es capaz de ponerse en su lugar, por qué nadie le entiende, le comprende, le apoya y le ayuda? ¿Por qué todos, su madre, su hermano, sus amigos, absolutamente todos están tan seducidos y fascinados con Hannes y ella, por el contrario, no es capaz de sentir lo mismo? Judith vive rodeada de lámparas, son su pasión, le fascinan, le entusiasman y, sin embargo, ahora no es capaz de encontrar la luz, la calma, la paz, el sosiego, la tranquilidad. No es capaz de salir de esa oscuridad que la rodea, la atenaza y la atrapa.  ¿Dónde está el problema: en quien ama demasiado o en quien, a pesar de todo, no es capaz de amar? ¿Es posible amar únicamente por el hecho de ser amado? ¿Se puede obligar a alguien a amarnos? ¿Se le puede manipular, engañar, controlar, atrapar, asustar, con tal de que nos ame? ¿Cuál es la línea que separa el amor, la pasión y la devoción de la obsesión, la locura y el acoso? De todo esto nos habla Daniel Glattauer en esta historia que de la emoción, la ilusión y el romanticismo pasa con un ritmo frenético, electrizante y trepidante al terror, el pánico y el desconcierto que provocan la violencia psicológica, el acoso y la locura. Pero, ¿quién es el loco, el acosador o el acosado? ¿Existe realmente el hombre perfecto? ¿Qué es la perfección? Daniel Glattauer logra en esta novela tratar un tema duro y complejo de manera ágil, amena y entretenida para el lector, que conforme avanza en las páginas siente el mismo miedo, la misma angustia y la misma soledad que experimenta Judith conforme avanzan los meses desde que conoce a Hannes en Semana Santa hasta que la novela llega a su fin en Navidad, apenas siete meses después. Unos meses en los que la historia de amor que parecía perfecta y definitiva se convierte en un thriller psicológico. Unos meses que tanto a la protagonista como al lector se le hacen eternos, interminables, agobiantes y asfixiantes. ¿Realmente sabemos cuánto amor somos capaces de soportar? ¿De verdad podremos sobrevivir y superar que alguien, el hombre perfecto, nos diga siempre tuyo?