Quizá el peor incendio de los últimos veinte años en Baleares. 2.000 hectáreas quemadas de un páramo protegido por la UNESCO y Patrimonio de la Humanidad. La verdad es que uno se teme lo peor cuando le llegan las primeras noticias de una lucha contra el fuego que duró cuatro días. La solidaridad, el trabajo bien hecho y el sacrificio, el miedo y la frustración, han resultado suficientes, con el gran esfuerzo de muchas manos, para que el fuego que se tragaba Tramontana este fin de semana, esté bajo control y sea cuestión de tiempo que, como el ave fénix, el paisaje resurja de sus cenizas.
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