Revista Ciclismo

Siete años en bici por el mundo

Por Rafael @merkabici

La revista Traveler ha sacado a la luz la historia de una familia que ha pasado los últimos siete años de sus vida pedaleando de un lugar a otro.

75.000 kilómetros recorridos en siete años, conociendo lugares de los cinco continentes. Alice y Andoni dejaron toda su vida para coger una bici y empezar a pedalear sin rumbo ni ruta fija. Se conocieron en Escocia, donde vivía Alice y Andoni fue a estudiar inglés. Él es ingeniero industrial y ella antropóloga. A ambos les ha gustado siempre viajar, conocer sitios nuevos, la aventura y la bici. Cuando se conocieron viajaron de mochileros por muchos sitios, epro siemrpe con una fecha de vuelta, algo que les frustraba, ya que, según dicen, “les dejaba con la miel en los labios”. Cuando estaban viviendo en Bruselas, decidieron dejar sus trabajos, coger sus ahorros de tres años y empezar a pedalear sin destino fijo. Al principio les acompañaron algunos familiares y amigos, pero terminaron ellos dos solos, aunque regresaron siendo cuatro.

Según asegura la pareja, decidieron coger la bici y andar sin más. Sin planes, sin destino, buscando esa libertad de horarios, trayectos y fechas que se debe seguir en la rutina diaria. La idea surgió al escuchar a un ciudadano belga que aseguraba que había recorrido África en bicicleta, y les despertó el gusanillo de recorrer el mundo a bordo de una bici. El primer destino al que pensaron ir es Japón, peor terminaron dando la vuelta al mundo, de lo “enganchados” que estaban, según narra Andoni.

En 2004 empezaron su andadura, y llegaron a Japón dos años más tarde. Pero a este destino se sumaron unos cuanto más hasta 2013: Los Alpes, Londres, Estados Unidos, Francia, Escandinavia, Argentina, Ecuador, Perú, Marruecos, Canadá, China, Laos, etc. 75.000 kilómetros recorriendo los cinco continentes en siete años. Se fueron dos y volvieron casi cuatro. A lo largo del camino nació Unai, y siguieron con él el camino, y Maia fue concebida unos mese antes de regresar. De hecho nació tres meses después de que la familia llegara.

Durante el recorrido, iban parando a dormir donde podían, y al levantarse, no sabían dónde iban a  ir. Empezaban a pedalear y al llegar la noche, buscaban un sitio para poder extender la tienda de campaña y descansar. En ocasiones, han dormido en casas de gente que les ha cedido su hogar para pasar la noche, o en algunos lugares como la India, China o sureste asiático, según asegura la pareja, las pensiones eran tan baratas que dormían siempre bajo techo. Cada día se hacían entre cuatro y seis horas de pedaleo, y una media de 70 kilómetros diarios, aunque dependía del tipo de terreno, el desnivel y el clima. Las paradas que hacían eran en función de las apetencias o las ganas de descansar. El tiempo máximo que han parado fueron cinco meses, cuando nació Unai, pero el resto de paradas han sido de una o dos semanas, o un mes como mucho, en el caso de Katmandú y Caracas.

En la entrevista, la pareja asegura que el sitio que más les ha marcado ha sido Aralsk, en Kazajstán. Dicen que es un lugar deprimente y triste como ningún otro en el mundo. Es impactante porque este lugar fue un importante centro financiero de la zona por la flota pesquera y destino de verano, por sus playas cristalinas. Noruega les pareció un lugar para no volver, con un clima muy desapacible, además de unos habitantes antipáticos, pero un paisaje único. Y sitios en los que se hubieran quedado para siempre, como Lijiang (China), Gero (Japón) o Nelson (Canadá).  Un balance de todos estos años en los que resumen cada continente con una palabra “Europa: Conservadora. Asia: Tradicional. América: Posible. África: Pendiente. Oceanía: Tranquilidad”.


Volver a la Portada de Logo Paperblog