Con este panorama y el que se avecina, incluida la próxima película de Alex de la Iglesia, era necesario dedicarle un post a algunas de estas pérfidas o encantadoras hechiceras. Así pues, sé bienvenido a la gala de los Oscar Brujeriles.
Premio a la más glamourosa
Aunque hayan pasado muchos años, no hay bruja que supere en elegancia a Jennifer, protagonista de la comedia de René Clair, Me casé con una bruja Viendo a Veronica Lake, se entiende el hechizo que sufre su partenaire en pantalla, Fredric March. Y es que pocos eran los que podían resistirse al peinado de esta rubia, un corte de pelo bautizado como "peekaboo" y que hizo furor en los 40. Como curiosidad, en 1958 se hizo una especie de remake que se llamó en castellano Me enamoré de una bruja (¡qué original!), y que contó con James Stewart y Kim Novak en el papel de brujita enamorada.
Premio a la bruja más representativa
En nuestro imaginario colectivo, una bruja es esa mujer que vuela en una escoba, tiene la cara verdosa y con verrugas y usa ropas negras. Por ser estandarte de todos esos tópicos, el "sindicato de brujas reunidas" ha acordado premiar a la malvada bruja de El mago de Oz. Esta villana fue interpretada -no sin algún susto- por Margaret Hamilton, Y es que durante el rodaje de la película, la actriz sufrió quemaduras de importancia a causa de una escena con humo.
Margaret querida, cambia de maquillaje y recoge tu premio.
La más adaptada
Mejores poderes
Mejor maquillaje
Este premio es para la adaptación al cine de "Las brujas" de Roald Dalh, llamada aquí La maldición de las brujas. Y es que ¿Quién podría decir que tras este horroroso maquillaje se esconde Angelica Huston? Producida por Jim Henson (sí, el de los teleñecos) esta película atemorizó a muchos niños de los 90. Y no es para menos, porque la escena en donde todas las brujas comienzan a quitarse sus máscaras de "mujeres normales" sigue dando repelús.
Mejor impostora
No sé a vosotros pero a mí esta señora siempre me ha dado mucho miedo. Hablo de Minnie Castevet (Ruth Gordonn) la vecina del personaje de Mia Farrow en La semilla del diablo. Los que hayáis visto esta película de Polansky, una de las mejores del género de terror, reconoceréis que es un premio bien merecido. Para no desvelar más spoilers de lo necesario, solo diré que la pobre Rosemary pasa lo suyo. Quién le mandaría mudarse a la Casa Bramford.
Premio Nostalgia
A pesar de que Disney siente predilección por las brujas malas (Maléfica, Úrsula y muchas más) en 1971 creó hueco para una bruja de gran corazón. Esa no es otra que Eglantine Price, personaje de La bruja novata, una película de Robert Stevenson quien fuera director de la no menos mágica Mary Poppins. Es fácil adivinar el porqué de este premio: a muchos nos recuerda a nuestra infancia, cuando veíamos la televisión devorando un bocadillo de chocolate. Además, ¿quién no ha soñado con tener una cama voladora?
Y esto ha sido todo. Ya sabéis que esto de los premios es muy subjetivo, y en el tintero se han quedado otras muchas brujas. ¿Qué premios propondríais vosotros?
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