Título: Siete casas, siete brujas y un huevo
Autora: Gloria Sánchez
Ilustrador: Xan López Domínguez
Editorial: SM
Género: LIJ
Páginas: 64
Publicación: 21/7/2000
ISBN:9788434860032
En un árbol había siete casas y en cada casa vivía una bruja. Pero estaban siempre discutiendo las unas con las otras. Un día, a la Bruja Tontuna se le antojó un huevo frito, pero surge un tremendo problema… no sabía. ¿Alguien puede afirmar que el orgullo y la soberbia aportan algún beneficio? Una historia en la que se muestra la importancia de la amistad y la comunicación interpersonal.Este fue otro de los libros que Susana Martínez nos recomendó para los clubes de lectura infantiles en las Jornadas de Animación a la Lectura de septiembre. Y, la verdad, ha acertado. Una vez más...
A mis chicos y chicas del club de lectura de 7 a 8 años les ha encantado esta historia sencilla, basada en las repeticiones, la rima y el humor y que nos habla de competir entre nosotros, de amistades que se rompen, de cómo (y a pesar de ello) nos necesitamos unos a otros y, en definitiva, de las redes que tejemos con los demás.
Gloria Sánchez nos cuenta una historia sumativa en la que una bruja va pidiendo ayuda a las que antes eran sus amigas pero con las que discutió por culpa de un príncipe encantador. Y eso hizo que cada una de ellas se aislara en su casa y la protegiera con trampas inimaginables para impedir la visita de cualquiera de las otras. Algunas de esas trampas y algunas de los métodos que las brujas proponen para abrir un huevo rozan el absurdo y nos ponen frente a unas mentes absolutamente rocambolescas que conectan muy bien con el imaginario infantil.
Además de hablar de la incomunicación, de cuando nos enfadamos con alguien y de cómo resolvemos esos enfados (y las consecuencias que pueden llegar a tener cuando no lo hacemos) hemos hecho varias actividades que les han encantado, como este libro-varita mágica en el que han recogido sus palabras de amor preferidas, las palabras más largas que conocen, alguna palabra que usan los mayores, etc.
En definitiva, una buena lectura, amena y muy divertida, a la que acompañan unas ilustraciones que casan muy bien con la intención final de la obra y que añaden un punto más de locura y humor a la propuesta de Sánchez.
Nos seguimos leyendo.