Revista Cultura y Ocio

Siete mentiras. Elizabeth Kay

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Siete mentiras. Elizabeth Kay
     "—Y así es como la conquisté —dijo sonriendo.      Se recostó en la silla, llevándose las manos a la nuca y ensanchando el pecho. ¡Siempre hablaba con tanta suficiencia! Su mirada pasó de mí al tonto que estaba sentado a mi lado, esperando una reacción. Quería ver aparecer una sonrisa en nuestra cara, sentir nuestra admiración, nuestro asombro.      Yo lo odiaba. Lo odiaba en un sentido bíblico, apasionado y total. Odiaba que repitiera esa historia cada vez que iba a cenar a su casa, todos los viernes por la noche. No importaba a quién llevara conmigo. No importaba con qué tarado estuviera saliendo en ese momento".
     De vez en cuando me dejo llevar por el código bestseller. Un libro de esos amenos que se leen rapidito y entretienen sin más, y es que la literatura como entretenimiento me encanta. Hoy traigo a mi estantería virtual, Siete mentiras.
     Jane y Marnie son amigas desde los once años. Han pasado dos décadas y siguen siendo las mejores amigas, confidentes, inseparables. Sin embargo en su amistad se ha colado una grieta, Charlie, la pareja de Marnie. Jane no lo soporta. Nunca lo ha soportado en realidad, pero no se lo dijo a Jane. Esa fue su primera mentira. Siete mentiras más tarde tal vez haya llegado el momento de decirle la verdad a Marnie.
     Siete partes, una por cada mentira, seguidas de una verdad y de lo que sucedes después componen las nueve en que se divide esta novela. Esto unido a un narrador poco fiable del que el lector va poco a poco desconfiando, son las dos bases sobre las que se articula esta novela.     Esta vez el lector se anticipa, no se trata de sorprendernos demasiado ya que pronto intuimos lo que está sucediendo. Y si prescindimos de la sorpresa, ¿cuál es la gracia de esta novela? Pues la facilidad con la que lo leemos, la anticipación misma. No se va a tratar de buscar quién lo hace, esta vez la autora nos intriga con el cómo y el qué pasó. Ese es el motor que arrastra al lector, con más o menos éxito, aunque ya os digo que en mi caso fue mucho más sencillo: iba pasando páginas sin darme cuenta. Y cuando uno ya cree que tiene todo resuelto y ha visto sus aciertos y sus errores... es cuando llega un "toque de gracia" que satisface al que busca sorprenderse y provoca un pico de tensión en la última parte. Y respecto al final tengo que decir que en lo que es literalmente la última parte, la autora ha optado por emular aquellas películas de intriga de finales de los ochenta con un formulismo que se había abandonado en la literatura hace mucho y que ha completado esa sensación de estar ante un recuerdo del pasado.
     Ahora es cuando debería de decir que Siete mentiras es un page turner o un domestic noir o cualquier otro término similar de los que se vienen acuñando en la literatura moderna. Pero me resulta mucho más cómodo hablar de una novela fácil de leer y muy entretenida. De esas que se leen rápido y posiblemente también se olviden rápido. Pero, decidme la verdad, ¿quién busca leer siempre alta literatura? A fin de cuentas, la evasión es el motivo principal por el que acudimos a los libros.
     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
     Gracias.

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