Revista Religión

Significado de los diez mandamientos.

Por Miguelangelgc @miguelangelgc
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Tanto en la primera como en la segunda parte de ésta entrega hemos ido analizando crítica e históricamente ciertos elementos de la narración del éxodo judío descrito épicamente en el libro que la tradición cristiana llama del mismo nombre. 
Ahora, a través de éstas líneas, explico el contenido doctrinal o teológico que el y los autores del relato de la entrega del decálogo por dios buscaron plasmar. 
Elementos del Sinaí y entrega del decálogo:
El encuentro divino en la montaña es la prueba de que la liberación de Egipto había sido fruto de un diseño salvífico. Es una renovación de la Alianza con los antepasados del pueblo. En el relato el hagiógrafo, escritor sagrado, intenta explicar el nacimiento de Israel como el pueblo elegido.

La promesa de dios se caracteriza por el empleo de tres fórmulas que muestran la relevancia de estar dispuesto a aceptar la Alianza. Para YHWH, Israel será en primer lugar «de su propiedad» dentro de todos los pueblos y eso quiere decir que serán un pueblo especialmente amado, los predilectosAl convertirse los israelitas, en el relato, en un «reino sacerdotal» refleja la idea de que Israel está llamado a ser un pueblo majestuoso porque tendrán una deidad como rey, dedicados al culto divino y con la función de mediar entre otros pueblos y dios: nace, con ello, la justificación de la teocracia. El calificativo de  «nación santa» explica que el pueblo tiene que ser llevado más allá de lo profano, fuera de la idolatría. El que el dios hebreo aparezca oculto en una nube puede referirse al recuerdo del uso del incienso en los rituales litúrgicos y al mismo tiempo representa la majestuosidad e inaccesibilidad del ser humano a dios formando así la idea más alta hacia él Se elimina en el relato el antropomorfismos tradicional del Pentateuco para, con la presencia divina, provocar el miedo que llevará, por consecuencia, una actitud de respeto hacia con la deidad y con la ley que se promulgará.  El que de la montaña surgieran rayos representa para los antiguos hebreos el escuchar la voz de dios, ya que eso significaban los truenos en las mitologías de la época.  Para dar un origen divino a las diez palabras el hagiógrafo insiste en que fueron grabadas en piedra por el dedo divino. Los hebreos tomaron muchas de sus leyes de pueblos vecinos pero la intención del relato es clara: mostrar que toda ley proviene de YHWH. El decálogo debe de interpretarse dentro de un ámbito de fe; la moral bíblica pasa del amor por dios a un compromiso matrimonial y de ahí a la moral de imitación. El decálogo es una llamada al pueblo para que sean un reflejo de su divinidad: el ejemplo es la mejor manera que tiene el creyente para expresar su amor a dios.  Los diez mandamientos son de estilo lapidario y de un denso contenido moral [entendiendo la moralidad oriental antigua] que buscan transmitir preceptos de vida orientados a la purificación y santificación del pueblo pretendiendo ser una guía para que el pueblo sea fiel a la Alianza y no cedan a la idolatría.  El primer mandamiento no niega la existencia de otros dioses y únicamente afirma el derecho exclusivo hacia YHWH. El monoteísmo mosaico fue más teórico que práctico ya que se definió, y vivió como tal, siglos después. Dios es un ser que no puede ser controlado por los hombres ni contenido en una imagen, y es por eso la prohibición del segundo mandamiento. YHWH no tiene analogía en el mundo creado y la única imagen divina es el hombre. Para los pueblos del antiguo oriente, las imágenes de sus deidades eran una ubicación de su dios que animaba a la imagen logrando una relación entre el dios y su adorador.  Se pide un culto anicónico ya que dios se reveló en palabra y no en imagen. Después se le da también el contexto idolátrico aunque en un principio únicamente se limitó a una representación de YHWH.  Al incluir a los descendientes en su formulación, amenaza, avisa la posibilidad de que un pecado afecte fuertemente el clan del culpable. El número hace hincapié en su misericordia: el castigo se limita a pocas generaciones y su piedad es eterna. El tercer mandamiento defiende el nombre del dios de cualquier manipulación indigna; pone en guardia al hombre ante la tentación de utilizar la fe y/o la religión con fines egoístas. Se prohíbe el uso del nombre divino, probablemente, para evitar que el ser humano adquiera poder sobre élEl nombre era símbolo y expresión de la persona y por tanto participa de su santidad El cuarto mandato es un puente entre las obligaciones divinas y con el prójimo. Aunque el sábado proviene del hebreo sabbat [que significa descansar] es probable que el pueblo trajera la costumbre del descanso en el día séptimo de los babilónicos que celebraban el sabattu [día de la luna llena] para rendir culto a uno de sus siete deidades. El hagiógrafo toma esa celebración que se da por hecho cuando se recoge el maná y le da una justificación teológica para el pueblo elegido: se justifica el descanso como algo que dios mismo hizo en su obra creadora.  Al consagrarse el sábado como la primicia del tiempo el hombre reconoce a su dios como dueño absoluto del tiempo. Separar el sábado es santificarlo, distanciarlo del tiempo normal y sublimarlo para unirlo con el divino. Es un día en donde el hombre se alza por encima de cualquier ocupación y se asemeja con dios; es una nueva invitación a imitarlo, a identificarse con él.  Los primeros cuatro mandamientos se refirieron a los deberes directos para con dios y pueden considerarse como totalmente originales respecto a los códigos de las otras naciones del Antiguo Oriente. Los preceptos de tipo social, que se abren con el del honor a los padres, no son específicamente israelitas ya que se hallan en otros códigos orientales ampliamente conocidos y son expresión de la ley natural en sus exigencias más primarias.  La novedad y originalidad en el decálogo hebreo está en reunir los mandamientos relativos a los deberes para con dios y los de carácter social estableciéndolos así, el conjunto, como base del teocentrismo hebreo brindándole, a los mandatos, un origen divino.  Si gustan leer los otros elementos de éste análisis les dejo el enlace a la primera entrega y a la segunda de dicha reflexión crítica del relato. 

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