Revista Opinión

Significado masónico de la Torre

Publicado el 27 septiembre 2015 por Habitalia

A Luis Navarro (Torre, Simb.)

A Luis Navarro, "el Comandante" para unos, "Torre" para otros, que me deja huérfano de amigo en el espacio y en el tiempo, no en mi memoria en que habita como siempre.

La Torre es una construcción defensiva de posibles agresiones. Como tal ha sido usada por el hombre a lo largo de los siglos, en ocasiones aislada como las torres vigía, cuya misión era ejercer de mirador desde altozanos y acantilados, constituyendo atalayas o torreones solitarios, y en ocasiones formando parte de otras construcciones como garitas y albarranas en murallas, barbacanas de ciudadelas y puertas de puentes; todas con troneras y aspilleras por las que arqueros y ballesteros disparaban sus saetas contra el agresor. Eran obras de defensa.

Hay quienes otorgan a la torre un carácter simbólico sagrado de comunicación con el macrocosmos. Nada más alejado de la realidad; ya están para eso las agujas de las catedrales cristianas: antenas receptoras de las energías macrocósmicas y emisoras de las microcósmicas; ya está para eso la pagoda budista y la estupa hindú; ya está con el mismo fin el Muro de las Lamentaciones del templo de Jerusalén, que recibe todas las oraciones del orbe judío y las eleva a los cielos; ya está para eso el yamur de la cúspide de los alminares y la alquibla de las mezquitas del islam.

En la torre el pueblo se defiende de la invasión luchando a muerte por su libertad desde la altura, protegido por la piedra y la argamasa. En la catedral, la mezquita o la sinagoga, los clérigos, defendidos por el pueblo y protegidos por el foso, las murallas concéntricas de la barbacana, la ciudadela o medina, el castillo o alcázar y el templo, ejercen su oficio por su seguridad, mascullando cánticos, letanías y jaculatorias a los dioses y sus angelicales cohortes, y garantizando a los defensores salvoconductos a la felicidad eterna post mortem. Cada uno en su sitio y en su quehacer.

La Torre es una construcción que simboliza exclusivamente la defensa que el hombre virtuoso ejerce voluntariamente de las pasiones que le impiden crecer espiritualmente. Es una obra que se eleva hacia el macrocosmos pero no para la recepción de fuerzas o poderes, ni la emisión de rogativas, ni invocaciones. El hombre una vez que ha conocido a su enemigo en el espejo iniciático, en la torre se protege de sí mismo. La lid entablada es contra la codicia, la ira, la soberbia, la envidia y el fanatismo, la torre simboliza la generosidad, la modestia, la prudencia, la serenidad y el discernimiento.


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