Revista Educación

Sigue haciendo falta el 25N

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Sigue haciendo falta el 25N

Ojalá pudiéramos prescindir de los días internacionales que señalan la violencia contra la mujer, como este 25 de noviembre que tendrá lugar mañana, pero mientras haya una sola que, en cualquier parte del mundo, sufra maltrato, discriminación o pierda la vida, tendremos que seguir alertando de lo que ocurre. Hace un mes escribía en este mismo blog sobre las mujeres que en Irán o Afganistán están jugándose el tipo por defender sus derechos. En este tiempo, una de ellas, la joven de 16 años iraní, Armita Geravand, que estaba en coma por haber sido presuntamente agredida por la política de la moral al no llevar el hiyab, ha fallecido.

Las cifras de este año en nuestro propio país son aterradoras. Según la web feminicidio.net, en España, en 2023, se han registrado 93 feminicidios y asesinatos de mujeres. Pero estos datos no provocan manifestaciones multitudinarias como las celebradas contar la amnistía.

Sigue haciendo falta el 25N

Como siempre he confiado en la cultura como herramienta generadora de empatía, les propongo hoy, víspera del #25N dos novelas. La primera es El color púrpura, de la afroamericana Alice Walker, publicado en 1982 y que obtuvo el Premio Pulitzer y el National Book Award en 1983. Dos años después, terminó de popularizarse esta historia con la versión cinematográfica, dirigida por Steven Spielberg y de la que destacan las interpretaciones de Whoopi Goldberg y Oprah Winfrey.

En aquellos años, Alice Walker sufrió el intento de prohibición de su libro, que cuenta la historia de dos hermanas estadounidenses negras. Celie sufre la violencia de su padre y de su marido, pero la llegada de otra mujer, Shug Avery, hará que, por fin, pueda empezar a brillar.

Sigue haciendo falta el 25N

La segunda novela que les recomiendo es Él de Mercedes Pinto, una escritora y una obra sobre las que ya les he hablado en este mismo blog. Pinto es una de las autoras que se atrevió muy pronto a alzar la voz en defensa de su derecho a divorciarse de quien la maltrataba, motivo por el que fue condenada al exilio, y que puso por escrito el punto de vista de la víctima.

Intentar ponernos en la piel de las protagonistas de estas dos novelas, nos ayudará a desechar muchos de los discursos fáciles con los que algunos nos intentan convencer de que no existe la violencia de género, de las excusas que determinadas personas colocan delante del sufrimiento, para justificar maltratos y asesinatos. Nada, absolutamente nada justifica hacer daño a otro ser humano. Esas excusas, basadas en siglos de considerar a la mujer inferior, incapaz o directamente una propiedad, deben caer ya, como fichas de dominó, una detrás de otra. Hasta que eso no ocurra, seguiremos necesitando un Día para la Eliminación de la Violencia de Género.


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