La horda se ha calmado, al menos por estas
horas luego que con inusitada violencia marchaba para protestar por un todavía
supuesto acto de violencia contra un ciudadano llamado Santiago Maldonado, de
quien nadie, ni autoridades judiciales como tampoco sus afligidos y violentos
reclamantes de su aparición, conocen.
A este joven solo falta, por la loca exaltación
de algunos medios masivos de comunicación, junto a políticos inescrupulosos que
alguien le acerca una propuesta al Papa Francisco para elevarlo a la categoría
de mártir.
Claro que preocupa su desaparición, claro que
se deben agotar todos los recursos hasta llegar no digo a la verdad (nadie
parece tenerla) sino a una definición que esperemos sea lo más cercano y real
de lo ocurrido aquel 1 de agosto.
Las preguntas están todas sin respuesta, pero
la efervescencia política volcada con baldes de nafta sobre el fuego que
siempre se enciende para estas contiendas, no toma en cuenta el futuro del país
y de tratar de lograr el bienestar
general de sus habitantes, menos la “unidad ciudadana”.
No.
Solo pretenden volver al poder para así
continuar con sus negociados; el pueblo (los políticos gustan llamarnos así)
tanto los que concurren a las marchas de manera pacífica como los violentos
solo sirven a sus verdaderas y ocultas intenciones.
Si no me cree vea esta imagen
Ahora
tómese un momento y revise las
primeras planas de los diarios de hoy; si encuentra algún político de cualquier
partido, repudiando los hechos de violencia de ayer avíseme por favor, yo no
encontré ninguno.