Aunque el gobierno de Zapatero afirma sentirse "preocupado", mantiene su vergonzosa política de silencio cobarde ante los abusos de la dictadura marroquí, que ahora ha desmontado con violencia el campamento de Gdaim Izik (Sahara Occidental), donde, según denuncias del Frente Polisario, han muerto ya 13 personas. En las horas sucesivas, el conflicto se trasladó a las calles de El Aaiún (situada a dieciocho kilómetros del campamento) donde su produjo una protesta generalizada contra la actuación marroquí.
La prensa no puede acceder al escenario del conflicto, sobre el que los medios marroquíes informan con falsedad, calificando de adhesiones a Marruecos lo que es una protesta generalizada del pueblo saharaui, que ha comenzado una intifada lanzando piedras sobre las fuerzas represoras de Marruecos.
España, que sigue conservando responsabilidades sobre ese territorio, a pesar de haberlo abandonado vergonzosamente al imperialismo marroquí, está demostrando una vez más su cobardía y falta de responsabilidad, permitiendo la represión y tal vez el exterminio callado de un pueblo que hace tan solo cuatro décadas tenía la nacionalidad española.
El representante del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyun, denunció el lunes que en el desmantelamiento del campamento por fuerzas marroquíes han fallecido doce personas, y una más ha muerto en los incidentes posteriores que se están registrando en El Aaiún. Según ha asegurado, a primera hora del lunes las fuerzas marroquíes comenzaron a desmantelar de forma violenta el campamento, en el que más de 20.000 saharauis habían instalado sus jaimas para reivindicar sus derechos.
Desde Voto en Blanco advertimos a Zapatero que las actuaciones en el Sahara son la antesala de otras actuaciones hostiles de Marrucos contra las ciudades españolas de Ceuta y Melilla, cuya captura por parte de Marruecos es la gran aportación a la Historia que ha prometido el actual sultán, Mohamed VI.
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