No digas nada, no preguntes nada.
Cuando quieras hablar, quédate mudo:
que un silencio sin fin sea tu escudo
y al mismo tiempo tu perfecta espada.
No llames si la puerta está cerrada,
no llores si el dolor es más agudo,
no cantes si el camino es menos rudo,
no interrogues sino con la mirada.
Y en la calma profunda y transparente
que poco a poco y silenciosamente
inundará tu pecho de este modo,
sentirás el latido enamorado
con que tu corazón recuperado
te irá diciendo todo, todo, todo.
Francisco Luis Bernárdez (1900-1978) fue un poeta y diplomático argentino. Vivió en España desde 1920 hasta 1924, donde leía a los poetas modernistas que lo influenciaron en sus primeros libros. Trabajó como periodista en Vigo, donde fue redactor de "Pueblo gallego". También se radicó por un breve período en Portugal. En su regreso a Argentina, se sintió identificado con las ideas del Grupo Florida, defiendo profundamente el ultraísmo y las tendencias europeas del momento; en esa época entabló una cercana amistad con Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal. Fue director general de Cultura Intelectual (1944) y director general de Bibliotecas Públicas Municipales (1944-1950).
Obras Orto (1922), Bazar (1922), Kindergarten (1924), Alcándara (1935), El buque (1935), La ciudad sin Laura (1938), Poemas elementales (1942), Poemas de carne y hueso (1943), El ruiseñor (1945), Las estrellas (1947), El Ángel de la Guarda (1949), Poemas Nacionales (1949), La flor (1951), El arca (1954), Tres poemas católicos (1959), Poemas de cada día (1963), La copa de agua (1963).