No voy a perder el tiempo en temas como si la serie de Silk parece más una tira comica de periódico que una serie de Marvel, o si el arte de Stacey Lee es bueno o malo. Obviamente Silk va dirigido a un cierto público y yo no estoy dentro de el. En tres números no me ha logrado enganchar en nada; bien diría que solo la he comparado con otras series del momento y eso no es para nada justo. Pero así son las cosas, para desdicha de de esta serie le tocó compartir tiempo con Gwendolin Stacy y Jessica Drew.
En resumidas cuentas este comic falla, a mi parecer, en lo que ha venido fallando desde un inicio: falta de identidad. En este punto perdimos la primer personalidad otorgada por Dan Slott al personaje. Quien escribe, Robbie Thompson, ha tratado de aligerar el tono poniéndole humor irreverente. Sospecho que es una táctica de venta nada mas, quieren que cualquier persona pueda agarrar la serie y entenderla sin haberse leído Spider-Verseo Amazing.
Una versión femenina de Peter Parker es lo que tenemos con Silk: las bromas, el trabajo, el modus operandi, etc. Es una calca rejuvenecida de los inicios del trepamuros. Habrá a quien le guste esto, a mí no. En definitiva lo encuentro como más de lo mismo.
El argumento en esta ocasión si me parece muy chato. ¿Otra vez Black Cat? ¿De nueva cuenta el misterio con Ezekiel? ¿Otra historia de moralidad?
El arte de Stacey Lee no es un problema para mí. Lo dije desde el inicio, iba a dividir a muchos. El tema es que, para algunos será algo novedoso y llamativo, mientras que para otros terminará siendo un desastre infantil. Me mantengo justo en el punto medio de esos dos puntos de vista. Los colores de Ian Herring si que son buenos. Pero la portada… una cosa horrible.
Silk 3 es probablemente el último número al que le dedique una reseña. No encuentro ni tantita motivación para seguir escribiendo sobre ella. No me gusta y a menos que pase algo verdaderamente significativo en el siguiente número, no habrá más de Silk por aquí. Ni malo ni bueno, solo enteramente irrelevante.