Ligeras en su manejo y también en su peso. Son las dos características fundamentales de las sillitas de paseo ligeras, que permiten realizar viajes y paseos sin la pesadez de los cochecitos tradicionales, que, si bien son muy cómodos y permiten trasladar más cosas, acaban siendo un poco engorrosos a la hora de viajar.
Cuando se tiene un bebé hay que planear los viajes de forma diferente, puesto que las necesidades del pequeño van a obligar a los padres a organizar las escapadas con muchísimo orden y teniendo en cuenta determinados factores.
Una vez hechas las maletas y comprobado que todo lo necesario está listo, queda una de las cosas más importantes, la sillita del bebé.
Para realizar un viaje o para escapadas rápidas lo mejor es contar con una silla de paseo ligera, puesto que son mucho más versátiles y cómodas que las sillitas de bebés estándar.
Entre otras ventajas, las sillas de paseo ligeras ofrecen, como su propio nombre indica, mucho menos volumen a la hora de guardarlas en el maletero, o cuando hay que cerrarlas para subir en un autobús, metro o cualquier otro medio de transporte. Ya solo por ese beneficio merecen la pena, pero es que, además, son mucho menos pesadas, por lo que facilitan su transporte (incluso con una sola mano si se tiene al bebé en brazos o cogido de la mano).
Existe una gran variedad de sillas de paseo ligeras, pero es importante tener en cuenta varios aspectos a la hora de decidirse por una u otra.
Deben ajustarse a la normativa de seguridad
Es fundamental asegurarse de que la sillita cumple con todas las normativas de seguridad establecidas, como por ejemplo que disponga de cinturón de seguridad y que tenga freno para el estacionamiento que se pueda usar de forma cómoda. Otro aspecto interesante es el tipo de ruedas que tenga el modelo de sillita, puesto que mientras más anchas sean mayor estabilidad tendrá el cochecito. Además, si son giratorias permitirán que las maniobras de giro sean más cómodas. Si las ruedas llevan algún tipo de elemento para mejorar la suspensión, entonces el paseo será perfecto y el pequeño apenas notará los cambios de terreno.
Estructura ligera y fuerte a la vez
Por supuesto, el armazón del carrito debe ser lo más ligero posible, pero realizado en materiales fuertes y duraderos. El aluminio suele ser una de las opciones más recomendadas, puesto que a su poco peso se le suma que es fuerte y no se estropea con facilidad.
Otro de los aspectos que hay que tener en cuenta es cómo se pliega la sillita ligera de paseo, puesto que debe ser muy cómoda para cerrarla y abrirla y permitir que se pueda hacer con una sola mano. Además, debe permitir también que se la pueda portar con una sola mano.
Interesante también son las sillas de paseo polivalentes o todo terreno, ya que permiten no solo el paseo por la ciudad, sino que también se pueden utilizar en el campo o la montaña.
Buscando la comodidad del bebé en todo momento
En cuanto al asiento, hay que tener en cuenta que una buena sillita de paseo debe tener un asiento que se pueda reclinar para que si el niño se queda dormido, pueda estar más cómodo. Debe contar con un sistema que permita bajar el asiento de forma sencilla incluso si el pequeño está sentado, y por supuesto, que sea acolchado, para mayor bienestar.
Las capotas y toldos sirven para proteger al pequeño del sol o la lluvia, incluso de los ruidos. Lo mejor es contar con uno que se ajuste a la silla y que disponga de ventanilla de observación, así se podrá vigilar al bebé en todo momento.
También es interesante contar con la cubierta de lluvia, por si se pone a llover en mitad del paseo y que el niño esté protegido del agua y del viento.
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