Existen aspectos que son indispensables para considerar a una silla como verdaderamente ergonómica, los cuales se ven reflejados en la capacidad de ajuste del mobiliario en cuanto a altura, inclinación y puntos de soporte
Contar con el mobiliario de oficina adecuado se ha convertido en una necesidad para cuidar la salud en general, ya que los periodos de tiempo que deben pasar los empleados en sus respectivos puestos de trabajo suelen ser extensos, propiciando a que se generen afectaciones en la postura habitual.
Estas malas posiciones adoptadas al estar frente al ordenador mientras se realizan trabajos de oficina suelen ser causantes de molestias y dolores en distintos puntos del cuerpo, siendo la columna vertebral la más afectada.
Esto ha ocasionado que muchas personas quieran cambiar su mobiliario tradicional de oficina, por sillas que ofrezcan un mayor grado de confort. Sin embargo, no todo el mobiliario que se califica como ergonómico puede estar diseñado adecuadamente para resolver las necesidades de apoyo que cada persona requiere al momento de permanecer sentado.
Lo que sucede es que cada individuo posee características diferentes, por lo que no existe una silla universal que sea capaz de adaptarse a todos los tamaños, medidas y estaturas de las personas. Sin embargo, las dimensiones promedio del ser humano se emplean para crear muebles ajustables que permitan adaptarse a las peculiaridades de cada quien.
Precisamente las sillas ergonómicas de oficina ofrecen el diseño adecuado para proporcionar el confort que requieren distintos tipos de personas según sus características físicas.
Para que una silla de oficina se pueda considerar verdaderamente ergonómica, es necesario que cada uno de sus elementos sea ajustable, es decir, que tanto el espaldar, como el asiento, e incluso los apoyabrazos se puedan graduar a una medida confortable para cada persona.
Los principales aspectos que se deben tomar en consideración al seleccionar una silla de oficina ergonómica son los siguientes:
Altura
Es necesario que la silla de oficina permita regular la altura libremente en distintos puntos, para propiciar que el usuario descanse plenamente la planta de los pies en el suelo, mientras sus piernas forman un ángulo de 90° al permanecer sentado en la silla.
Profundidad
El asiento como tal también debe contar con la característica de ajuste en sentido horizontal. Es decir, que se debe poder mover hacia adelante o hacia atrás para permitir que el mismo no quede presionando la pierna, de modo que se pueda propiciar la correcta circulación sanguínea.
Para que una silla de oficina ergonómica funcione correctamente, debe permitir que quede una leve separación entre el borde del asiento y la parte trasera de la rodilla, sin que se pierda el ángulo de flexión de la pierna de 90°.
Soporte lumbar
La forma del espaldar debe contar con una leve curvatura, que permita ofrecer un apoyo a la zona lumbar de la columna vertebral. Sin embargo, esta curvatura debe ser ajustable a través de un sistema reclinable, que permita que se pueda girar hasta conseguir el soporte confortable de acuerdo a las características de cada usuario.
Teniendo en cuenta que algunas personas tienen curvaturas más pronunciadas en la columna vertebral que otras, el ajuste debe permitir una personalización de la silla ergonómica de manera equilibrada.
Función de balanceo
Para permitir la variación de posturas durante las distintas horas laborales, es necesario que la silla ergonómica de oficina permita modificar la posición del espaldar, de modo que el usuario se pueda extender y reclinar cuando considere que debe realizar estiramientos.
Esto contribuye a que se pueda generar confort, sin representar un obstáculo para el empleado que debe pasar hasta 8 horas diarias en su puesto de trabajo.
Asimismo, esta función se debe aplicar al asiento, el cual debe poder sincronizar sus movimientos en paralelo a la flexión que ofrece el espaldar. De este modo, cuando el usuario se recline hacia atrás, el asiento se debe poder inclinar hacia adelante, y regresar a su postura cuando se deje de aplicar presión.
Diseño curvo en los bordes
Es indispensable que el borde frontal del asiento cuente con una curvatura suave que contribuya a evitar los puntos de presión en las zonas que permanecen en contacto constante con el cuerpo.
Densidad
Para lograr que la silla ergonómica de oficina ofrezca funcionalidad por más tiempo, es necesario que se emplee en su fabricación materiales de relleno con una densidad media, evitando los componentes demasiado blandos que puedan perder su forma rápidamente.
Esto permitirá un mejor soporte en las zonas de presión, sin que se genere una deformación de la postura ideal para cuidar la espalda.
Transpirabilidad
Otro aspecto de gran relevancia para seleccionar una silla ergonómica adecuada, es que la misma se encuentre tapizada con materiales que ofrezcan transpirabilidad.
Si bien este aspecto no se relaciona directamente con la ergonomía, sí asegura un mayor confort, ya que el contacto constante de la piel con materiales que generen sudoración puede provocar incomodidad e influir de manera negativa en el desempeño de las actividades laborales.
Facilidad de movimiento
Es fundamental que la silla permita libertad de movimiento en distintos sentidos, por lo que los modelos más adecuados son aquellos que cuentan con 5 patas y ruedas en cada una de ellas, que permitan desplazarse en distintos sentidos para mejorar el desempeño de las labores en el escritorio.
Accesorios
Algunos modelos incluyen accesorios para proporcionar el apoyo necesario en ciertos puntos críticos, como reposacabezas, o almohadillas lumbares; sin embargo, no todos estos elementos pueden ser apropiados para la silueta del cuerpo. Por lo que lo mejor será seleccionar aquellas sillas que permitan un ajuste adecuado, sin depender de elementos externos para su correcto funcionamiento.
Cabe destacar que a pesar de que este tipo de mobiliario esté diseñado para ajustarse a las necesidades de soporte en los distintos puntos de presión, lo más recomendable siempre será evitar pasar tiempo excesivo en la misma postura. Para ello, se recomienda hacer pequeñas pausas cada una o dos horas, con la finalidad de levantarse de la silla y hacer estiramientos.
Estas técnicas, en combinación con una apropiada silla ergonómica, permitirán realizar las labores de oficina de una manera confortable y soluble para el organismo en general.
Fuente Comunicae
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