El Monasterio de Santo Domingo de Silos, en la provincia de Burgos, ha sido declarado Territorio Literario. Este enclave, cuya espiritualidad y entorno siguen vivos en la práctica de la Regula Sancti Benedicti y en el canto gregoriano que resuena siete veces al día, se erige como un refugio sagrado también para la palabra escrita. La distinción que lo convierte en un lugar literario se recoge en Silos: Territorio Literario, una obra coral publicada por el Grupo Editorial Sial Pigmalión.
Esta obra tiene su origen en la visión y dedicación de Basilio Rodríguez Cañada, editor y presidente del Grupo Editorial, y amigo cercano del padre Bernardo Recaredo García Pintado, cuya figura y legado se sienten a lo largo de la obra, que muchos autores le dedican con afecto. Y no es para menos, el padre Bernardo siempre nos recibe, no solo con la música que desprende desde el órgano, sino también con sus libros, su poesía y sus cálidos recibimientos llenos de oportunos consejos y bendiciones. Gracias a su empeño, hemos podido reunir una constelación de voces que rinden homenaje a este monasterio único, donde la palabra se convierte en un canto profundo. Es por ello que la obra está dedicada “a Bernardo Recaredo García Pintado, en su nonagésimo cumpleaños, con gratitud, afecto y admiración”, así como a toda la comunidad benedictina de Silos, que sigue la Regula Sancti Benedicti, y a “todos los amigos de Silos”. Esta dedicatoria revela el alma del proyecto, un tributo colectivo desde la emoción y la memoria.
Coordinado magníficamente por el escritor, poeta y pintor José Luis Marín Aranda, Silos: Territorio Literario es un mosaico de treinta y cuatro autores de cuatro continentes, que incluyen poetas, narradores, ensayistas, fotógrafos y académicos. Cada uno de ellos, con su singular perspectiva, ofrece un tributo a la espiritualidad, al arte y al misterio del monasterio.
La comunidad benedictina, el padre Bernardo García Pintado y el Abad Lorenzo Maté, actual superior, se convierten en los verdaderos inspiradores de esta obra, donde la serenidad y la dedicación a la oración y al trabajo se reflejan en las páginas. Los monjes siguen cultivando el espíritu a través del canto y la oración y este libro se convierte en un homenaje al poder transformador de la palabra cuando se deja tocar por lo sagrado.
Este trabajo es también un acto de contemplación. En sus páginas, la literatura no solo observa, sino que reza, canta, recuerda y transforma. Silos, una vez más, se convierte en refugio de lo eterno. En cada rincón de la obra se respira la gratitud hacia aquellos que, en el silencio del monasterio, han cultivado tanto el espíritu como la palabra.
Las fotografías de Raquel Delgado López, que acompañan los textos, añaden una capa visual al profundo simbolismo de la obra. Otras muestran imágenes del fondo documental de la abadía de Silos.
Desde los versos delicados de Pauline Le Roy, Ridha Mami y Roberto Gil de Mares, hasta las evocaciones históricas y espirituales de Cecilia Castro Lee, José Luis López Amigo y María Luisa Blanco Gómez, los textos forman un caleidoscopio literario donde la piedra se convierte en símbolo, la fe en metáfora y el tiempo se pliega sobre sí mismo. Es imposible no sentir la presencia de pasos antiguos y el murmullo del canto gregoriano que asciende, invisible, por los pasillos del claustro.
Cada página nos invita a caminar por los pasillos del claustro, a escuchar el eco del gregoriano elevándose entre piedras vivas, a detenernos ante el misterio del ciprés, las rosas y la historia encapsulada en símbolos como la columna torsa de las cuatro ranas, rescatada literariamente por Jesús Herrero del Cura. Cada autor ha capturado los sentimientos que surgen al contemplar el canto gregoriano, la reverencia del monasterio y la naturaleza circundante.
Además, los colaboradores del libro, como Emeterio Martín Brogeras, Fabio Martínez, Daniel Migueláñez, Marisol Esteban Repiso y Gloria Nistal (entre tantos otros), enriquecen la obra con sus perspectivas narrativas y poéticas, sumando matices diversos y profundos. Silos: Territorio Literario no es solo un libro, sino una peregrinación interior compartida.
Maravillosas y sentidas las piezas de cada uno de estos autores: María del Carmen Aranda, Marisabel Balderrama, Luisa Ballesteros Rosas, María Antonia García de León, Justo Bolekia Boleká, M.ª Ángeles Cantalapiedra, M.ª Ángeles Castillo Núñez, María Pilar Cavero Montori, Bernardo García Pintado, Enrique García Álvarez, Francisco Gutiérrez Carbajo, Laura Hernández Muñoz, Inma Jiménez Jorquera, María Socorro Mármol Brís, José María Palomero Gil, Pilar Pedraza Pérez del Castillo, Ronnie Piérola Gómez, Carlos Vásquez-Zawadzki, Bella Clara Ventura y quien esto escribe: Nery Santos Gómez.
Cada coautor ha contribuido a dar forma a este sueño colectivo: afirmar que hay lugares donde la literatura no solo se lee, sino que se vive, se respira y se siente. Y Silos, sin duda, es uno de esos lugares.



