A través de la carretera N-620, a una decena de kilómetros de Valladolid y a orillas del río Pisuerga, que corre paralela al emblemático Duero, aparece, a ojos del viajero exhausto, pero apasionado por la historia, la localidad de Simancas, que algunos historiadores identifican con la ciudad romana de Septimanca, situada en dominio de los vacceos, una tribu celtíbera de la Meseta Norte.
Simancas en tiempos pretéritos
Su desarrollo hay que ligarlo al cauce fluvial donde se asienta, pues desde tiempos romanos era lugar de defensa del puente que cruzaba este río.
En el año 753 de nuestra era Alfonso I la conquistó temporalmente a los árabes, pero la perdió debido a su posición estratégica en la 'línea del Duero'. En el 883 Alfonso III la reconquistó definitivamente. En el año 939 Ramiro II venció a Abderramán III en la batalla de Alhandega (o batalla de Simancas) y consolidó la frontera leonesa.
A partir del siglo XI el municipio de Simancas perdió su posición estratégica y en el año 1255 quedó incorporada al término municipal de Valladolid. El topónimo de Simancas se atribuye a la leyenda de 'Siete Mancas', en memoria de otras tantas doncellas del lugar que se cortaron las manos para desanimar a unos moros salaces que pretendían atentar contra su honestidad.
Durante la Edad Media, Simancas fue la población más importante de la zona hasta el auge de la ciudad de Valladolid entre los siglos XII y XIII. No obstante siguió teniendo relevancia y durante los siglos bajomedievales y los primeros tiempos modernos vivió trascendentes hechos históricos, como los acaecidos en la Guerra de las Comunidades.
Ya en el siglo XIX, en concreto en 1813, hubo una nueva contienda bélica en Simancas que enfrentó a las tropas aliadas (formadas por españoles, ingleses y portugueses), mandadas por Wellington, contra las tropas de Napoleón en plena Guerra de la Independencia, que se batieron en retirada tras la batalla de los Arapiles.
El castillo de Simancas
El hermoso castillo de Simancas (siglo XV), rodeado de murallas y convertido en 1540 en Archivo General del Reino, sirvió de prisión en tiempos de los Reyes Católicos.
Construido por el poderoso linaje de los Enríquez, fue cedido con posterioridad a Carlos V y sufrió una gran reforma cuando Felipe II decidió instalar en él sus Archivos Generales y encargó el nuevo diseño a su arquitecto favorito a Juan de Herrera el de El Escorial .
En el edificio actual de la fortaleza se distinguen un recinto exterior (pentagonal, guarnecido de torreones cilíndricos y de amplio foso) y el interior, muy transformado para adaptarlo a su función de archivo.
Tras su reforma, el castillo es visitable en la capilla de la fortaleza, una de las salas de investigación y la sala de exposiciones. Conserva una interesante colección de joyas documentales sobre los derechos monárquicos y la gestión imperial. 35 millones de documentos alberga, nada menos.
400 años de historia en un archivo
Y es que el Archivo General de Simancas, uno de los más importantes de Europa, merece la pena ser recordado en la visita del viajero. Conserva, nada más y menos, que toda la documentación producida por los organismos de gobierno de la monarquía hispánica desde la época de los Reyes Católicos (1475) hasta la entrada del Régimen Liberal (1834). Es el fondo documental más homogéneo y completo de nuestra memoria histórica de los siglos XVI al XVIII.
Qué ver en Simancas
El casco urbano de Simancas, declarado Bien de Interés Cultural, invita al viajero a un agradable paseo con algún alto en los bares. Tampoco desagrada un camino hacia la ribera del Pisuerga para contemplar el bello paisaje que se divisa desde la orilla opuesta, con el pueblo y el puente romano de 17 ojos al fondo, aunque en realidad sea medieval.
En la iglesia del Salvador, románica, se conserva un retablo mayor (siglo XVI) de Inocencio Berruguete y Juan Bautista Beltrán; un retablo renacentista, de Antonio Vázquez; un retablo (siglo XVI) de Francisco de la Maza; y una cruz de plata del siglo XVI.
Cerca de Simancas se encuentra Arroyo de la Encomienda, cuyo templo de San Juan, después de su restauración, muestra su perfecta estampa románica, libre de las edificaciones parásitas que suelen agobiar a estos edificios medievales. Tan solo la pequeña espadaña del muro de poniente es posterior.
Simancas no es el único lugar con historia recomendable para rememorar la presencia de los Reyes Católicos y descendientes por tierras del antiguo reino leonés. Otros lugares como , Tordesillas, Madrigal de las Altas Torres o presentan recorridos con un notable pasado de peso. Ideal para una escapada de fin semana. O varias.
Dónde dormir: Hotel Las Tercias; C/ Tercias, 4; 47130 Simancas (Valladolid); teléfono: 983590482.
Dónde comer: El Mirador de Simancas; C/ de General Arana; Simancas (Valladolid); teléfono: 983590767.
Soy periodista y experto universitario en protocolo. He trabajado en diferentes medios de comunicación como 20 minutos, Las Provincias o Diario 16. Ahora ejerzo labores de community manager, colaboro en blogs y publicaciones digitales. Autor del libro 'Eso no estaba en mi libro de Historia de Roma'.