A lo largo de estas últimas jornadas he asistido perpleja a las críticas permanentes que estamos recibiendo, tanto de aficionados de otros equipos como de todo tipo de prensa, primero que si somos muy duros en el juego, después que si somos muy blandos, en un momento que si no tenemos el espíritu de equipo de la temporada pasada, en otro que necesitamos jugadores que ya marcharon en el verano, etc…
Pero el último capítulo, al menos de momento, lo vivimos tras el partido frente al Celta de Vigo. Los pitos de unos pocos a nuestro entrenador parecían opinión mayoritaria de la afición, al menos eso puede deducirse visto el revuelo organizado… e incluso se ha llegado a decir que Simeone abandonara nuestro club el próximo mes de junio.
Diego Pablo Simeone fue un jugador que despertaba pasiones, pero que, indudablemente, no era el más querido ni por nuestros rivales ni por los reporteros de entonces; llegó al Atlético de Madrid en 1994 y él, fue, junto con Caminero, Kiko, Pantic y otros tantos uno de los grandes artífices de uno de los mayores hitos en la historia de nuestro club, el doblete. Muchos lamentamos su salida poco tiempo después en 1997 para viajar a Italia, pero agradecimos su vuelta allá en 2003.
Los verdaderos atléticos, no aquellos que salen cuando se acumulan triunfos y que ante el más mínimo tropezón huyen despavoridos, ya considerábamos entonces al “Cholo” como uno de los jugadores más carismáticos de nuestra historia y ya le habíamos incluido entre los mejores.
Su regreso como entrenador a nuestro glorioso equipo el 23 de diciembre de 2011 fue un soplo de aire fresco, el mejor regalo de Navidad que nunca antes habíamos recibido los atléticos y, muy pronto empezaron a verse los frutos de su particular filosofía y de sus indiscutibles valores de lucha y superación permanentes.
Simeone como buen tauro, de esos genuinos nacidos en el mes de abril, es tenaz y tremendamente constante, llegó con la intención de hacer algo grande en este club, de cambiar el curso de la historia y, señores, no tengo ninguna duda de que lo ha conseguido.
Ha alcanzado los 100 triunfos como técnico colchonero en solo 156 partidos, algo que nunca había conseguido ningún otro entrenador en la historia del Atlético de Madrid, nos ha dado títulos y triunfos inolvidables, pero también nos ha enseñado una forma diferente de entender el futbol.
Habitualmente se toman muchas de sus frases como ejemplo de su filosofía, y yo hoy me quedo con una de las más significativas “o me sigues o no me sigues, el liderazgo no es una cosa que se pueda explicar”. Yo, querido Cholo, te sigo, yo estoy contigo y, aunque pueda discrepar de muchas de tus decisiones nunca olvidare lo que has hecho por nosotros, lo que gracias a tu trabajo, a tu esfuerzo y a tu tesón nos has hecho sentir a miles de seguidores colchoneros.
En nuestros 111 años de historia no hemos tenido ningún jugador ni, por supuesto, ningún entrenador como tú y, yo, al igual que otros muchos, estoy teniendo la suerte de vivir el mayor momento de gloria de nuestro club. Por eso yo les digo a todos esos que hoy te critican, al Cholo o le sigues o no sigues… Yo lo tengo claro y, ¿tu?
Escrito por Sara de la Varga@sdelavargaglez