Nos gusta la simetría. En general, nos atraen las formas que poseen esa característica, nos transmiten estabilidad y serenidad; quizás porque nosotros también seamos simétricos, aunque no demasiado perfectos.
En la estación de Francia de Barcelona me llamó la atención la simetría del techo del vestíbulo y sus cúpulas con casetones rectangulares, y los péndulos que de ellas cuelgan.