Ese mismo año llegó a París, país donde empezó a leer arduamente, cultivándose conlas ideas ilustradas. Estuvo por Italia y regresó a Venezuela hacia 1806 donde entró en contacto con algunas personalidades afines a la independencia de Iberoamérica.
El contexto que se vivía en España a causa de la invasión napoleónica y el derrocamiento de Fernando, generó que en las colonias, los criollos se dividan en dos facciones: una llamada los realistas, quienes seguía siendo fieles a la corona española, y otra la de los patriotas, los cuales si bien no desconocían en su totalidad al rey, estaban de acuerdo con que una Junta Gubernativa debía dirigir un gobierno autónomo, al menos hasta que la crisis en España pase.
Todo este contexto puso a la población del actual territorio de Venezuela en una disyuntiva. Tal vez la tendencia independentista tomó forma finalmente cuando Napoleón invadió España y la adhirió a su imperio, como ya señalamos, esa fue la gota que derramó el vaso. Los ingleses, en especial, eran los primeros en pasar los “últimos chismes” a los americanos, con el fin de que la idea de una América liberal, nueva y separada de España prospere.
SI bien se sabía que los españoles luchaban valientemente por su independencia, Bolívar y muchos criollos ya estaban plegados totalmente a la idea de una patria libre, tal cual Estados Unidos. El 19 de abril de 1810, las cosas ya estaban dadas, pues el Cabildo de Caracas y la Junta concibieron la idea de un Acta de independencia y un país libre. El 5 de julio de 1811 se creó la Primera República de Venezuela. Todos los funcionarios de España fueron embarcados de regreso a su patria, si bien había realistas en muchas partes de América que pronto fueron advertidos de la amenaza que provenía desde Caracas. De más está decir que Bolívar estaba entre los independentistas. Su primera misión fue ir a Londres, pues a los ingleses les interesaban los sucesos en América del sur. Lo acompañaron Andrés Bello y Luis López Méndez. La reunión tuvo resultados ambiguos. Por un lado los británicos, aliados de los españoles alegaron que no podían traicionar a sus socios en esos momentos en la guerra contra Napoleón, por tanto, al menos de momento, la ayuda sólo sería diplomática y se abrirían los puertos de Venezuela, con franca inclinación al liberalismo económico. Cuando Napoleón fue derrotado definitivamente Inglaterra, gracias también a la persistencia de otro venezolano universal, Francisco de Miranda, se convertiría en un fuerte aliado de los países americanos emergentes que querían libertad con respecto a su metrópolis.
Entonces se había instaurado ya la Primera República de Venezuela. Miranda llegó poco después a su país y comenzaron una lucha contra los criollos opuestos a la independencia. Bolívar también fue partícipe de dichos acontecimientos, y como tal, se le dio el rango de coronel luego de su acción contra los rebeldes de Valencia. Con el tiempo Simón se ganó una gran amistad y sobre todo admiración de su compatriota Miranda, a pesar de que las cosas entre ellos más tarde no irían bien.
Gracias a él Bolívar tuvo una carrera militar con rápido ascenso, que en un principio había sido sólo política. Como misión importante, se le encomendó jefe militar de Puerto Cabello, el principal fortín de los independentistas en el país. En dicho lugar, inclusive había algunos prisioneros de guerra criollos o peninsulares. Sea como sea, el hecho es que el importante lugar, Puerto Cabello, se perdió. Bolívar hizo lo que pudo por recuperarlo, pero tuvo que huir humillado.
Además en marzo de 1812, los criollos a favor de la corona y los realistas, unieron sus fuerzas y consiguieron derrotar a los independentistas. El final llegó en julio de ese mismo año, cuando la primera república de Venezuela dejó de existir. Como Miranda fue el responsable, todos los ojos apuntaron a él y lo tildaron de traidor. Bolívar, Casas, y Peña, fueron los conspiradores que entregaron a Francisco a los realistas. Simón obtuvo un salvoconducto para exiliarse en el extranjero. Se creyó de momento, que Bolívar había vuelto a ser fiel a la corona.
El inicio del proceso independentista
Luego de esto y para disimular sus intenciones, Bolívar sencillamente se marchó. Primero a la isla de Curazao, luego a Cartagena de Indias en Nueva Granada, donde vio con admiración como un nuevo proceso de independencia había dado inicio en julio de 1810. Sirvió de consejero mediante su Manifiesto de Cartagena para que no se cometan los mismos errores que en Venezuela durante el proceso independentista. Como se sabía que tenía experiencia militar ofreció servicio a la causa del gobierno de Cartagena y fue aceptado. Empezó con una pequeña guarnición en Barracas. Sin embargo, él fue más allá de las órdenes y comenzó a derrotar a muchos grupos realistas pequeños recuperando varios poblados.
Pero desde Venezuela llegaron fuerzas realistas bien pertrechadas. Bolívar fue encomendado de salir y hacerles frente, pues tenía experiencia en enfrentarlos. Los derrotó en la Batalla de Cúcuta el 28 de febrero de 1813, lo que le dio el grado de brigadier. Así, entonces, gracias a la ayuda que había otorgado a Nueva Granada, se permite a Bolívar que este reúna las fuerzas necesarias para marchar hacia Venezuela otra vez y liberarla de realistas de una vez por todas. Inició su marcha y llegó hasta Mérida donde fue aclamado como “el Libertador” por primera vez. Luego derrotó a los realistas en Los Taguanes y más tarde los obligó a rendirse, ingresando apoteósicamente el 6 de agosto de 1813 a Caracas. Ya era Capitán General y para entonces nombrado claramente Libertador. Prácticamente dio inicio a un gobierno general en el cual modificó totalmente las instituciones coloniales, para acercarlas más a unas de tipo republicano. Inclusive inició una reformaría agraria para acabar con el régimen feudal e intentó mejorar las exportaciones. No cabía duda que se trataba de la Segunda República de Venezuela la cual duró hasta diciembre de 1814.
Pero el mayor enemigo de Bolívar sería por entonces José Tomás Boves, ya famoso por su valentía y que con una guerra de guerrillas, sabotaje y pillaje, empezó a debilitar a las fuerzas independentistas. Bolívar se vio obligado a retirarse al oriente de Venezuela, donde los acompañaron no sólo militares sino también civiles que apoyaban su causa. El gran libertador le hizo frente, pero fue derrotado en Aragua de Barcelona en agosto de 1814. Arrinconados los libertadores contra el oriente del país, a esto se sumó una cruda desconfianza de numerosos caudillos hacia Bolívar, los cuales creían que no tenía dotes militares a la altura de las circunstancias. La Segunda República Venezolana había dejado de existir otra vez.
Finalmente el libertador se ve obligado a marcharse hacia Cartagena a fines de ese mismo año y analizar una nueva e hipotética ayuda de las ahora llamadas Provincias Unidas de la Nueva Granada. Totalmente agradecidos y convencidos de que no había una persona más idónea, se le encarga la conducción de la guerra en aquellos lares, para después volver la vista hacia Venezuela. Tomó Santa Fe y consiguió su objetivo. Luego de esto abandonó Nueva Granada, y se marchó a Jamaica.
Vida errante típica de un perseguido
Allí escribió su célebre Carta de Jamaica. Un proyecto bienintencionado y magnífico. En efecto, él ya preveía que Estados Unidos se convertiría en una gran potencia y que desunida, América del sur sólo pasaría de la dependencia política a la económica. Entonces concibe su proyecto llamado Colombia, en la cual todas las naciones independientes de Hispania estén unidas. Sin embargo no tuvo mucho tiempo para escribir más pues se le intentó asesinar y se vio obligado a marchar a Haití. Era diciembre de 1815.
Gracias a la buena ayuda del pueblo haitiano, consiguió el respaldo económico y militar para poder llevar a cabo una expedición marítima y militar, conocida como, valga la redundancia, la Expedición de los Cayos, la cual salió en marzo de 1816 a la isla de Margarita.
El regreso y la Campaña en la Gran Colombia
Para Bolívar algo era claro: desde Venezuela, había puertos importantísimos, cercanos a la península ibérica desde donde los realistas podrían seguir trayendo refuerzos. Entonces Bolívar, tal vez porque no había nadie mejor que él para llevar a cabo la tarea, encuentra un gran apoyo. Era el tercer intento y desde la isla de Margarita empezó a planear una vez más la independencia de Venezuela. Prácticamente todos los exiliados le apoyaron y aprovechando lo desgastado que estaba el Ejército Español, teniendo en cuenta el estado en el que lo había dejado las Guerras Napoleónicas y la supresión de las distintas rebeliones a lo largo de la América Hispana, no podía existir un mejor momento. En Venezuela, hacia 1818, las fuerzas del realista Morillo tras perder la Batalla de Calabozo, retroceden hacia Nueva Granada, donde cómo sabemos, la situación para los españoles era también crítica. Si bien Bolívar tuvo que renunciar a su cargo supremo, fue designado presidente constitucional de la Tercera República de Venezuela la cual nació en 1817.
Con la llegada de refuerzos ingleses e irlandeses hacia 1819, Bolívar había ido acelerando los planes. Entonces decide pasar a la actual Colombia y terminar su liberación definitiva. Sufriendo penalidades, él y sus 2500 efectivos del Ejército venezolano además de la Legión extranjera, atraviesan los Andes. Así entones los realistas y los independentistas se enfrentaron en la Batalla de Boyacá, en la cual triunfan estos últimos el 7 de agosto de 1819. El día 10 de agosto los libertadores ingresan triunfantes a Bogotá.
Se le volvió a dar el título de presidente, esta vez de Nueva Granada, pero ignoró el cargo de momento y volvió a Venezuela. A propósito de los prisioneros realistas de Boyacá fueron todos fusilados por orden del general Santander. Al llegar a su tierra natal, Bolívar informó a la Junta que la campaña en Nueva Granada había sido un éxito y que se debía proclamar la unión de esta junto con la de Venezuela, la cual se hace efectiva el 17 de diciembre de 1819. El 9 de octubre de 1820, dada la coyuntura, la Junta de Guayaquil, a propósito, se declara independiente, si bien dos años más tarde es anexada a la Gran Colombia. El enfrentamiento definitivo de la Gran Colombia se llevó a cabo el 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo. Hubo otras batallas en la cual él no participó, pero que terminaron de rastrillar a los realistas en la Gran Colombia. Se formó un Congreso de una república unida así como también una Constitución el mismo año. Bolívar otra vez fue señalado como primer presidente. Rechazó cualquier recompensa económica. Después de esto saltó a Ecuador. En 1822 ocupó Quito e incorporó dicha provincia después de ganar la importante Batalla de Pichincha, en mayo de ese mismo año, en la cual se consolidó la independencia de la junta formada en la que más tarde sería capital de Ecuador, si bien en ese momento pertenecería a la Gran Colombia.
La campaña final: Perú y el nacimiento de Bolivia.
El 26 de julio de 1822 se llevó a cabo la Entrevista de Guayaquil con San Martín, en el que se trató de acordar la estrategia para terminar de liberar el Virreinato del Perú. Allí se discutió el destino de Guayaquil y luego el argentino decide retirarse a su país y más tarde a Europa, dejando sus Ejército Libertador del sur al mando de los peruanos que pasarían a unirse más tarde al de los colombianos. Pero en Lima, la aristocracia criolla estaba imposibilitada de dirigir la campaña por sí sola y por ello deben llamar a Bolívar quién hace su ingreso a Lima en 1823, apoteósicamente. Se le declaró Jefe Supremo por el Congreso Peruano. No vamos a ahondar aquí en las maniobras y frustraciones políticas a las que se vio sujeto Bolívar en dicho país. Sólo es necesario aclarar que Santander se negó a ofrecerle refuerzos para la campaña en Perú y que Bolívar se vio en dificultades con los políticos peruanos. Debido a la anomia e inexperiencia en el gobierno de Lima, el venezolano recibe poderes dictatoriales. El último virrey del Perú, La Serna y los realistas, son derrotados en las Batallas de Junín y Ayacucho en 1824, con lo cual se termina de consolidar la independencia de América entera. En esta última, sin embargo, Bolívar no participó ya que estaba algo enfermo, y fue más bien Sucre el que obtuvo la victoria final, uno de sus más fieles generales.
En 1825, con el Perú independiente Bolívar intentó organizar el gobierno reuniendo al Congreso. Pese a sus buenas intenciones inicialmente demostradas, renunciando a sus premios como el de un millón de pesos, así como al mando supremo de los ejércitos en dicho país, junto con Sucre prefirió pasar al Alto Perú, y allí tal vez cometió el peor error político de su vida: aceptó los pedidos de la aristocracia criolla de La Paz y aceptó la creación de un nuevo país, que en su honor recibió el nombre de República de Bolívar. Decimos error por qué el venezolano había pensado en la construcción de toda una federación de los Andes desde Venezuela a la frontera con Chile y Argentina, y no en diversos países desunidos, por lo cual esto iba en contra de sus primeros y básicos ideales que le habían inspirado a luchar a favor de la independencia por una América unida. Sobre la decisión de apoyar a la aristocracia que se hallaba en el Alto Perú, hay diversas versiones. Tal vez sencillamente estaba resentido con los peruanos por su modo de ver la política. Volvió al Perú inclusive e informó lo que había hecho.
Últimos intentos de unir América del sur y muerte
Aunque resulte paradójico, a pesar de que había generado la creación de Bolivia, el gran libertador no perdía las esperanzas de crear una gran federación. En 1826 convoca una conferencia en la ciudad de Panamá para elaborar una Carta Magna. No tuvo apoyo y la idea no prosperó. Ya vislumbraba el futuro de una América del sur dividida y en cierto modo, se sentía responsable. A esto vinieron los roces entre Colombia y Venezuela. Santander llamó a Bolívar como árbitro, y el libertador marchó a Venezuela donde finalmente le dio la razón al opositor Páez. Finalmente Simón renuncia a sus cargos de presidente. En los años siguientes, los colombianos ya pensaban en una independencia, si bien aún apoyaban a Bolívar. Para colmo, desde Lima tampoco veían con buenos ojos al libertador desde lo sucedido en Bolivia, y por otro lado Bolívar no confiaba en los peruanos. En efecto, estos últimos invaden Colombia. Finalmente la Guerra acabó con el Armisticio de Piura en 1829, donde salieron más beneficiados los colombianos y los peruanos vencidos. Para colmo el 13 de enero de 1830 Venezuela se declaró totalmente independiente y José Antonio Páez prácticamente rompió relaciones y desterró a Bolívar. Éste dimitió de la presidencia ese mismo 20 de enero, la cual no fue aceptada sino hasta el 4 de mayo de 1830. Sufriendo de tuberculosis, el otrora libertador, ahora se iba desengañado, frustrado y tildado de traidor o ambicioso. Tenía pensado ir a Europa, pero finalmente se le convence de marchar a Colombia lo cual sólo significó empeorar las relaciones de este país con Venezuela. Llegó a Santa Marata en diciembre de 1830, donde a pesar del buen clima, su salud empeoró. Temiendo sus últimos días y viendo como a sus espaldas se daba inicio a una guerra de caudillos que sometería a la América Hispana durante el resto del siglo XIX, socavando sus sueños de un gran imperio unido al estilo estadounidense. Bolívar redacta su testamento y fallece el 17 de diciembre de 1830, a los 47 años, relativamente joven. Al año siguiente, sus temores se hicieron realidad y la Gran Colombia se dividió en Ecuador, Colombia y Venezuela. Perú y Bolivia seguirían también caminos distintos. Su cuerpo fue trasladado a la Catedral de Caracas hasta que en 1876 se le trasladó al Panteón Nacional de la misma ciudad. Tal vez de haberse llevado a cabo su proyecto de la América hispana unida y sólida, hoy en día la realidad de este lado del mundo sería otra, pero como suele ocurrir en la historia, los grandes hombres que conciben grandes ideas sólo quedan en eso, en grandes ideas plasmadas en papel, o de lo contrario el mundo sería otro. ¿Existiría algún día el momento en la que los países se puedan unir en uno solo? Eso sólo el tiempo y las sabias decisiones de las clases políticas sudamericanas lo dirán, y en un futuro, ojalá no muy lejano, el gran proyecto de Bolívar tome forma por fin, después de varios siglos de concebido…