Revista Cultura y Ocio

Simón el mago: Padre de los herejes.

Por Simonmago
Ya Epifanio de Salamina (muerto en 403) acusa en su voluminoso libro contra las herejías (Panarion) una tremenda cantidad de sectas que amenazan la unidad de la Iglesia. La temible lista, incompleta -según él mismo dice-, vale la pena por su extensión y variedad para darnos una idea del hervidero de doctrinas que representa el período formativo del cristianismo primitivo: simonianos, menandrianos, saturnalitas, basilidianos, nicolaítas, estratióticos, fibionitas, zaqueos, borboritas, barbelitas, carpocracianos, cerintianos, nazarenos, valentinianos, ptolomeanos, marcosianos, ofitas, cainitas, setianos, arcónticos, cerdonianos, marcionitas, apellianos, encratitas, adamitas, melquisedecianos y un larguísimo etcétera que no viene al caso reproducir. Ahora bien, todos los autores eclesiásticos de los siglos II y III que combatieron a los gnósticos (gnosticói), “falsos cristianos” que pretendían ser portadores de un conocimiento secreto y superior (gnôsis), comenzando por Justino de Roma y pasando por Ireneo de Lión, Hipólito de Roma, Clemente y Orígenes de Alejandría, hasta el mencionado Epifanio, coinciden en identificar como padre de la herejía gnóstica a Simón el Mago.
Siempre a la sombra de Pablo de Tarso, los Hechos de Lucas (igual que los apóstoles Felipe y Pedro) condenan a Simón por “mago”, en el sentido cultural helenístico: sin excepción aparece Pablo en todos los Hechos (apostólicos y apócrifos) como superior a los magos. Los protocatólicos orientales, lo condenan a su vez por presentar sus artes mágicas como superiores al poder de los apóstoles representados por Pedro, poder venido directamente de Jesucristo; Simón, es visto entonces como el instrumento del Diablo para contribuir a la apostasía de los recientemente convertidos.
La condena se extiende a los judeocristianos (que rechazan su inclinación helenista en la interpretación esotérica que hace de lassyzygia, parejas complementarias) y a los cristianos protocatólicos romanos (que agregan la práctica de misterios obscenos de los que no dicen nada). Ahora bien, lo cierto es que Simón Samaritano "del que han surgido todas las herejías..." (Ireneo de Lyon, Adversus HaeresesI, 23, 1-4) no recibió ninguna crítica por sudoctrina en sí, que no llamó la atención de nadie por lo común del gnosticismo en sus múltiples formas durante el cristianismo incipiente. Vaya entonces este humilde blog dedicado a su persona y a todas las herejías que no vieron la luz y permanecen tras el velo de la historia como anécdotas de la locura humana o simples curiosidades de anticuario. Para nosotros, como para Paul Ricoeur la verdadera Historia es la historia de los vencidos.
Simón el mago: Padre de los herejes.La muerte de Simón el magoMichel Wolgemut, 1493
Fuentes:
Francisco García Bazán, La gnosis eterna. Antología de textos gnósticos griegos, latinos y coptos I, Editorial Trotta / Edicions de la Universitat de Barcelona, Madrid-Barcelona, 2003, 373 pp. ISBN: 84-8164-585-0

Serge Hutin, Los gnósticos, Eudeba, Bs. As., 1964 



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