Un amor que pocos entienden

No sé cómo describir a este par de enamorados, la primera idea que me viene a la mente es decir que estaban adelantados a su tiempo, pero no, la verdad es que su “filosofía amorosa” sigue sin terminar de encajar en el siglo XXI. Amor en libertad, amor sin ataduras y sin compromisos, estamos en la era de la unión libre y en donde se habla de lo destructivo que pueden ser los compromisos legales. Hay quien afirma que al firmar un papel se acaba el amor o que el amor no necesita papeles. Cierto, eso es totalmente cierto, pero la verdad es que ese compromiso en tinta que tantos desprecian es más o menos igual al compromiso digamos de palabra, cualquiera de los dos se pueden desmoronar antes de cumplir el aterrador juramento… ¡Hasta que la muerte nos separe!A estas alturas de la modernidad, los celos siguen a la orden del día, los avances en la tecnología le han dado a los celosos (as) excesivos las herramientas para alimentar su paranoia, que dicho sea de paso, “cuando el río suena es porque agua lleva”. ¡Aceptémoslo! El que esté libre de pecado que entregue su celular, o que deje abierta su cuenta de Facebook. A lo que voy es que a pesar que la mayoría de nosotros pregonamos una mente abierta, defendemos el amor en libertad y hasta alardeamos de poder llevar una relación sin compromisos, a la hora de los trancazos podemos sentimos traicionados y la relación termina en naufragio a la primera de cambios.


