Proyectar diapositivas en colores de los grandes maestros: Rembrandt, Velázquez, Leonardo, etc. Luego proyectar solo detalles de sus cuadros, por ejemplo, un fondo rocoso, el brocado de una cortina, los dibujos de una alfombra o simplemente un rostro en primer plano. Estos detalles son ya pintura moderna, sea impresionista, cubista o no figurativa. Diríase que en los cuadros de los grandes maestros está contenida potencialmente toda la pintura moderna, como en algunas páginas de Rabelais o de Cervantes todo el arte literario de nuestros días. Desde esta perspectiva, el arte llamado moderno no sería otra cosa que un detalle ampliado del antiguo o “un mirar más de cerca” la realidad. Simple cuestión de distancia.
Julio Ramón Ribeyro
Prosas apátridas
Editorial: Seix Barral
Foto: Julio Ramón Ribeyro