Revista Deportes
Mucho se ha demonizado, criticado e incomprendido la postura de los clubes, en este caso del Real Madrid desde aquel loco 31 de agosto cuando Ozil fue vendido al Arsenal.
Que este turco-alemán es un gran jugador eso nadie lo duda. Internacional, mundialista, muy joven, experimentado en grandes competiciones y un gran potencial técnico, pero me imagino que algo tendrá que ver que en cada partido le recuerdo casi siempre ha sido sustituido o que a las primeras de cambio que ha notado el aliento de la competitividad y la lucha encarnizada por un puesto se ha rendido y ha huido de la quema de la máxima exigencia. Recuerdo otros jugadores que han luchado por su sitio y si al cabo del tiempo han seguido sin irles bien han desistido pero al menos han luchado cada día de toda una temporada. Villa en el Barça, Callejón en el Madrid, lo que pueda ocurrir con Casillas a final de temporada son claros ejemplos.Los jugadores, a veces toman decisiones, muchas de ellas dejándose aconsejar por sus entornos que pueden llegar a perjudicarle o precipitarse. En su caso pidió salir del Real Madrid cuando se entera de que el club formalizó el fichaje de Bale y fue vendido al Arsenal. El tiempo dirá si el futbolista se ha equivocado con esta decisión o el Madrid al dejarle marchar.Por supuesto, los futbolistas, como personas humanas que son, buscan su acomodo, estabilidad, su felicidad y su sosiego. Quizás Ozil no tenía ninguna gana de pelear su puesto durante todo el año con Di Maria, Bale, Isco o Modric, no sé, pero está claro que el equipo en el que estaba, en el que la exigencia no es máxima, es lo siguiente, necesita de futbolistas con una gran capacidad de superación y de competitividad a prueba de bomba para acometer una cantidad, casi inhumana, de partidos en los que no se les pide sino ganar siempe.Como digo, el tiempo dirá quién acierta o se equivoca. También hago bueno el dicho tan repetido por el Consejero Delegado del Atco. de Madrid, Enrique Cerezo, que "los jugadores juegan donde quieren" pero, en mi caso, prefiero tener en mis equipos jugadores con un hambre atroz por superarse y que no desistan a la primera que se encuentren con dificultades. Creo que así es como se forjan los campeones. Sin duda, prefiero gente que acepte ser cola de león para ganarse ser algún día cabeza del rey de la selva a tener aquellos que su única aspiración sea simplemente cabeza de ratón.