“Simplifica tu vida”.
Hace ya unos años esta frase casi me atropella. En aquella época estaba yo tan ricamente en mi inopia, celebrando los días de la marmota a mi antojo, dentro de mi zonita de confort estilizada y decorada con esos muebles de IKEA tan útiles y funcionales que me faltaba montar alguna coreo’ con ellos…
Sin embargo, el trampantojo era tan obvio que aquella mañana de finales de otoño esa simplificación llamó a mi puerta. Y ahí se quedó, en el saloncito, sentada en mi sillón favorito y esperando a que le sirviera un té. Hicimos buenas migas, no te creas. Ella se dejaba llevar por mis ideas y yo llegó un momento en que me aguanté mis ganas de ser tan cabezota. Fue justo cuando me cogí a sus crines (se me olvidaba decirte que mi simplificación tiene forma de caballo, ¡toma frikada!) y desde entonces galopo y troto allá donde voy. Con ella. Siempre.
Hace poco, hablando con D., “simplifica tu vida” me llenó de nuevo de luces. Y digo de nuevo porque yo solita había caído en mi propia trampa de creer hasta en los gamusinos. Tantas verdades mentirosas me decía, que empezaba a estar peligrosamente cerca de Babia. Y caí en la cuenta de que, así las cosas, iba a volver a morder el polvo. Y mira: no. Ya no. Que a nadie le gusta y menos por enésima vez…
D. es una de esas personas de las que se aprende mucho. Yo tiendo a volar con los pies, pero él me agarra para los ponga en el suelo. Pragmatismo Absoluto lo llamo. Y no es un pragmatismo barato y en serie; tampoco ese que sale en las revistas de moda. Es algo que tiende a hacer las cosas FÁCILES. Y cuando aceptas el reto, ya no hay quien te pare. De hecho, más o menos por las mismas fechas en que yo me lanzaba de lleno a mi frase, D. decidió adoptarla también como suya. De esto hace unos años… Le va que ni pintado. Supongo que por eso cuando me dice “sota-caballo-rey” lo cazo todo al vuelo. Y me lo aplico, que es lo que realmente importa.
Por esa misma razón, vamos a tirar de lo sencillo. Hoy quiero exponerte un decálogo de estrategias que te ayuden en la tarea: 10 formas de simplificar tu vida. Y eso, no nos engañemos, suena la mar de goloso.
IDEA 1: ORGANÍZATE
Sólo necesitas algo de tiempo y mucha determinación. Tendemos a acumular tareas y rutinas que sólo nos hacen perder el tiempo. Lo primero es que observes y anotes todo lo que tienes en casa para que así, cuando vayas a realizar compras domésticas, no te hagas con algo que ya tienes. Esto supone que, en primera instancia, pongas patas arriba tu propia casa. No te desanimes: empieza con algo pequeño. Por ejemplo, un cajón. Revisa y por cada objeto que extraigas piensa: “¿Quiero o necesito guardar REALMENTE esto?”. Si la respuesta es afirmativa, ten a mano una caja donde vayas colocando lo que vas a emplear; en caso de que no sea así, la colocaremos en otra caja. Dentro de las cosas que vayas clasificando, tanto aquellas que te quedes como las que deseches, intenta organizarlo por familias o subgrupos para que luego te resulte muy sencillo reubicarlo en sus nuevos lugares. Haz esto mismo con armarios, muebles y ropa. Cuando tus cajas de “desecho” estén completas, revende, regala o dona de la manera más efectiva. Y recuerda que no buscamos hacer negocio con ello, pues al revender lo único que queremos es que quien se lo vaya a quedar le dé un verdadero uso.
IDEA 2: DESACELERA.
Sé que en los tiempos que vivimos esto es una utopía. Pero puedes demostrarte a ti mismo que no. “Demasiado” es la palabra. Hay demasiado de todo: tareas, ocupaciones, citas, información… Y no damos abasto. Pero, ¡y aquí está lo bueno!, hay varias formas de desacelerar y dejar espacios para lo que de verdad te importa. Dedica por ejemplo sólo una hora al día a gestionar tus redes sociales. Hay herramientas y aplicaciones que te permiten programar entradas, datos e información: úsalas, sobre todo si tienes un negocio. Procura que la televisión sea un entretenimiento pero real. Apágala si es necesario y emplea ese tiempo en hacer algo de deporte, quedar cara a cara con alguien que te importa o salir a dar un gran paseo por el mero gusto de hacerlo. Desinscríbete de esas publicaciones que ya no sigues para evitar correo comercial innecesario. Y, por último (está sé que es de nota), deja al menos unas horas voluntariamente el móvil en casa y sal sin él. No será volver al Pleistoceno… sólo te permitirá conectar contigo y los tuyos.
IDEA 3: DIETA SIMPLE
- Aprende a disfrutar de los nuevos sabores en alimentos menos procesados (más bajos en grasas y sodio).
- Elige elementos de temporada siempre que puedas (te ahorrarás un dinero).
- Compra ingredientes que te sirvan para elaborar gran catidad de platos.
- Prepara grandes cantidades de alimentos que te gustan y congela algunas raciones.
IDEA 4: TEN UNA AGENDA (¡Y ÚSALA!)
Una buena planificación puede generarte menos estrés. En esa planificación, introduce tus tareas diarias y al lado de cada una de ellas coloca una A, B ó C en función de si es absolutamente esencial (A = debe hacerse hoy), bastante importante (B = menos importante que A) o relativamente poco importante (C = puede esperar un poco). Igualmente, dentro de A, B y C establece prioridades con 1, 2, 3… (A1, A2, A3, etc.) para saber con qué has de empezar primero ya sea en función de la urgencia o de los propios horarios.
IDEA 5: AUTOSEDÚCETE
Es una forma directa y sencilla de dedicarte tiempo: un (auto)regalo. Ya sea una compra on line al mes como 15 minutos diarios para escuchar tu música favorita, estas “armas de seducción” generan autonfianza y bienestar emocional. No lo consideres una pérdida de tiempo: realmente, es uno de los puntos más importantes, porque te hace sentirte BIEN contigo mismo. Y para poder mantener relaciones sanas con los demás, lo principal es que la relación más generosa la tengas contigo mismo, ya que lo que te ofrezcas a ti será lo que ofrezcas a los demás.
IDEA 6: REGALA TIEMPO A LOS TUYOS
Cuando piensas en tu infancia, ¿qué te gusta recordar? Cuando recuerdas buenos momentos, ¿cómo suelen ser? Por norma general, nos hace felices estar con los nuestros, con quienes están siempre ahí, ya sean nuestros padres, hermanos, parejas, hijos o amigos. Deja de invertir todo tu tiempo en actividades, trabajos, estudios o tareas domésticas. Incluso eso puede esperar… al menos hasta que hayas podido sacar una buena tajada de los tuyos. Desde desayunar en la mesa tranquilamente con tu familia o mandar un chiste por whatsapp, pasando por jugar un rato con tus hijos antes de la cena. 5 minutos, media hora, toda una tarde… El tiempo que sea estará bien. Pero el reto está en que cada día parte de tu valioso tesoro sea para decirles a los tuyos que les quieres.
IDEA 7: PRESTA ATENCIÓN A TU PAREJA
En relación total con el punto 6, aparece de manera espontánea el punto 7. Porque todos sabemos (y lo hemos vivido) que, pasada la fase de enamoramiento, la monotonía puede ser la amenaza de tormenta más obvia en cualquier relación. Puedes evitarlo con una técnica sencilla: céntrate en tu pareja CADA DÍA. Olvídate de las distracciones y presta toda tu atención a esa persona al menos durante un rato. Recuerda sus valores, lo que más te gusta de él o ella. Procura no olvidarlos. Igualmente, considera que, llevéis mucho o poco tiempo juntos, tu pareja no sabe leer tu mente. Así que habla. Conversa, expón tu opinión, tus ideas… Llegad a acuerdos. No des nada por sentado ni supongas cosas. Y si, por el motivo que sea surgen (porque lo harán) viejos problemas (tuyos o de la pareja), remordimientos y rencores, procura que los conozca sin emplear reproches y desde tu punto de mira. Es mucho más fácil y menos hiriente “tocar” las partes incómodas de la convivencia y la pareja y solucionarlas JUNTOS que dejar pasar el tiempo para que éste lo cure. Créeme, el tiempo sólo enfría, pero genera una bomba de relojería capaz de estallar cuando menos te lo esperas.
IDEA 8: CRÉATE UNA SIGLA
Cuando tu vida pasar por ti como si fuera una empresa en vez de una experiencia, corres el riesgo de perjudicarte. En extremo. Tu espíritu, desde que eras un crío, ha sabido llevarte por el buen camino, pero nos dejamos aturullar por las miles-de-cosas-que-tiene-que-hacer-un-adulto. Y así nos va. Así que juguemos a crear nuestras propias SIGLAS de IDENTIFICACIÓN de todo aquello que NUNCA tenemos que olvidar hacer. Porque nos gusta. Porque lo amamos. O porque sí. ¡Qué más da , sin son tuyas! Unos ejemplos podrían ser:
CLHE
Crear – Leer – Hacer ejercicio – Escribir
PACES
Política - Arte – Comer saludablemente – Estudiar - Sexo
Escribe todo aquello que quieres hacer o ser (y que apenas tienes tiempo para hacer o ser) y reduce la lista a las cuatro o cinco cosas que más valoras. Utiliza tu sigla para recordarte diariamente que tienes que hacerte caso. Darle uso a tu espíritu. Ampliar tus miras. Ensanchar tus horizontes. Tener un extra de felicidad.
IDEA 9: PASEA
Un paseo cada día puede servirte de desconexión. Una especie de rotura del estrés para que retomes lo siguiente como una página en blanco. El paseo, la distancia, el lugar… todo eso lo eliges tú. Te recomiendo que lo hagas, si puedes, escuchando tu música favorita.
IDEA 10: TÓCATE, DÉJATE TOCAR
Es curioso cómo vivimos en una época de conexión global que, paradójicamente, nos aleja cada vez más los unos de los otros. Nos aleja de lo natural. Y no me refiero sólo a la Naturaleza, que también, sino de algo tan básico como que somos seres gregarios. Nos necesitamos los unos a los otros.
Una de los mayores placeres de la vida son las caricias. Pueden ser sensuales o, sencillamente, de cariño. Pero siempre intencionadas. De atención consciente hacia el otro o nosotros mismos. Por favor, acaricia, toca a las personas que quieres. Dibuja en la espalda de la persona que amas con tu índice cualquier garabato, tócale el pelo, roza su cara de forma descuidada (pero estudiada). Masajéate tu mismo los pies. Estira tu espalda. Coge a tus hijos de la mano o en brazos. Fomenta el contacto. El contacto físico desencadena una reacción hormonal que nos genera felicidad. No lo olvides.