Mis amapolas.
Para mí, que trabajo desde los diecinueve años con un horario incompatible con la vida cultural que me gustaría llevar, este confinamiento ha sido el momento de probar cursillos online con los que estoy disfrutando: iniciación a la acuarela (domestica.org) o escritura de microteatro (Casa Tomada), para empezar, además de tutoriales en Youtube. También sigo recibiendo mis clases de piano online (Dando la nota).En fin, como me dijo ayer un amigo, que por fin me he dejado poseer por la dama decimonónica que siempre he llevado en mi interior. Escribir, pintar y tocar el piano, ni me había dado cuenta, pero esas siempre han sido las principales metas de mi vida.¿Y tú cómo estás? Espero que bien de salud, lo primero, y que, si te apetece, aproveches también la cuarentena para leer buenos libros, ver buenas películas, o disfrutar, como yo, simplemente pintando unas amapolas.Te mando un gran, grandísimo abrazo, mucho ánimo y mucha fuerza.Revista Cine
Mi agenda, como la vuestra, supongo, se ha quedado paralizada por culpa de ese bichito microscópico que no se ve, como los monstruos de las buenas películas, y por eso da aún más miedo.Pero, aún en estos momentos terribles de crisis mundial, de pérdidas y catástrofes, la cultura sigue siendo una luz que nos guía en plena oscuridad. Internet se ha llenado de una explosión de contenidos culturales, cine, teatro, ópera, libros, vídeojuegos, visitas a museos, y un largo etcétera de contenidos gratuitos o muy asequibles, que, si bien no curan el virus ni sanan a los enfermos, alivian el alma y se pueden convertir en un verdadero oasis donde descansar de tantas preocupaciones.