Revista Opinión

Sin avisar

Publicado el 23 septiembre 2016 por Javier Marcos Angulo @clamorsegovia

Sin avisar
Se presentó sin avisar. Era su estilo. Inconfundible.
Siempre decía que era más auténtico que seguir los 'protocolos'.
Al principio me parecía natural, él era así.
Pero estas presencias fueron adquiriendo cierta continuidad y eso fue lo que empezó a alertar a mis neuronas. Mis neuronas estaban al parecer mal acostumbradas y entonces llegó la lucha entre ellas.
Llegué a pensar que no estaban entrenadas para estos casos. Mi preocupación fue en aumento y un día, cuando apareció de nuevo, como era su costumbre sin avisar, confieso que ese día me pilló totalmente desprevenido o sencillamente (en el fondo me lo temía) empecé a odiarlo un poco. Solo un poco.
Le solté a bocajarro por qué hacía esto.
Me respondió sin pestañear: ¿el qué?
-Presentarte sin avisar.
-Creía que me entendías, me respondió.
Llegado a este punto es cuando a tumba abierta mis neuronas se dispararon y se encargaron de decirle que estaba empezando a odiarlo.
Fue cuando me percaté que no tenía a nadie y por eso se presentaba sin previamente decirme nada.
Me costó bastante, pero al final le entendí.
En si no era tan difícil comprender el motivo por el cual se presentaba sin avisar.

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