Por Néstor del Prado
Pretendo resaltar una gran obra artística y humana, en la que se mezcla un talentoso niño, una escuela primaria y un excelente programa de la televisión.
Tengamos presente que sin buenas escuelas primarias no tendríamos niños talentosos ni colmena ni colmenitas.
El niño se llama Yerislandy; la escuela primaria es la José Martí del Reparto Buenavista de Marianao; y el excelente programa televisivo es la Colmena TV, en el que ese niño quedó entre los diez semifinalistas, y estudia en la mencionada escuela.
Aquella mañana inolvidable
El 18 de diciembre del 2015, como parte de la actividad de la Editorial Academia de GECYT dirigida a cultivar el amor y el hábito de lectura en los niños, estuvimos en la escuela que honra y se honra al llevar como nombre José Martí.
La maestra y directora de dicha escuela, Carmen Rodríguez, organizó excelentemente la actividad, reunió a la mayoría de los profesores y a los alumnos en la biblioteca de la escuela. Coordinó previamente con los padres para que los niños llevaran el dinero y pudieran adquirir los libros.
El libro principal a presentar fue Alas de Primavera del MSc. Lázaro Estenoz, ilustrado por Antonio Guerrero.
Ni Lázaro ni Tony pudieron asistir y me encargaron que los representara.Conversando con Tony y con Lázaro acordamos que les dijera a los alumnos que:
Fueran buenas personas y buenos revolucionarios
Honraran el nombre que lleva su escuela
Siempre dijeran la verdad
Respetaran a sus maestros, a sus padres y abuelos
Ayudaran a los ancianos cada vez que pudiesen
Aprendieran cada día algo nuevo
Algunos alumnos llevaron sus artefactos electrónicos, tomaron fotos, filmaron parte de la actividad; copiaron la aplicación informática para ver algunas aves en movimiento y escuchar sus sonidos característicos, gracias a la realidad aumentada. Podemos ver a la directora controlando la disciplina. Carmen es directora desde hace más de 15 años y maestra desde hace más de 30.
Antonio Guerrero, Néstor del Prado y Lázaro Estenoz. Foto: Néstor del Prado
La magia de una guía pedagógica
Cuando por alguna razón los estudiantes formaban alboroto, por algo que les motivaba a hablar o a reír sin parar, la guía Yanet Argüelles realizaba una ceremonia en tres pasos que como por obra de magia devolvía un absoluto silencio. Primero, señalaba con su dedo índice el número uno y todos ponían a girar sus manos a gran velocidad, describiendo un círculo imaginario. Segundo, marcaba el número dos, y se producía un fuerte aplauso. Tercero, marcaba con sus dedos el número tres y se producía un silencio total.
Indagando sobre la autoría de esa técnica pedagógica supimos que era de Carmen en la etapa en que se desempeñaba solo como maestra.
Una iniciativa sorpresiva, la de los granos de café
Esperando la llegada de los libros adicionales, les hablé sobre la creatividad y apliqué una prueba para comprobar la capacidad visual creativa, consistente en descubrir un rostro en una foto con granos de café.Primero lo intentó Paula, alumna de sexto grado, después Gabriel, alumno de quinto grado. Al no lograrlo les tocó el turno a las maestras. Primero se presentó voluntariamente Ileana, que pensó haberlo descubierto; como muestra de que es una maestra de pura cepa aceptó intentarlo la directora, pero tampoco logró descubrir el rostro. Cuando ya pensaba declarar desierto el premio, los alumnos comenzaron a corear el nombre de la maestra Yolaida. La joven maestra en menos de 7 segundos descubrió el rostro del hombre. Se ganó la ovación de todos y un Tabloide sobre la Creatividad.
Yerislandy: Un niño de cuarto grado que nos asombró
Escuela primaria José Martí del Reparto Buenavista de Marianao. Foto: Néstor del Prado
Ya en los minutos finales, un niño llamado Yerislandy Silvera, se me acercó y con mucha seriedad me preguntó si podía cambiarle el libro Alas de primavera por otro que él tenía, ya que en ese momento no disponía del dinero para comprarlo. Su libro se titulaba “100 preguntas para distinguir el bien del mal”. Me tomé muy en serio su propuesta de negociación, y le dije que para decidir necesitaba evaluar su libro. Trajo el libro, lo hojeamos y lo ojeamos. Era un excelente libro de una editorial argentina. Se lo había regalado su abuela.
Le dije que para cerrar la negociación debía razonar una de las 100 preguntas.
Al escoger al azar una de las preguntas, salió la siguiente: ¿Qué harías si te encuentras en la calle un billete de 100 pesos? De inmediato se produjo el intercambio. Yerislandy me dijo que su abuela le había enseñado que en un caso como ese debía hacer todo lo posible por devolverlo a su legítimo dueño.
Añadió: Si lo encuentro en mi cuadra, voy indagando por las casas para ver si encuentro al dueño. Le dije pero te pueden mentir, a lo que respondió, pero yo no le diré que era de 100 pesos, para que no me engañen tan fácilmente; así fui poniéndole nuevos retos y él respondiendo con una consistencia y creatividad asombrosas y evidenciando valores humanos que nos emocionaron mucho. Por fin le dije que había sacado 100 puntos en la prueba. Le pregunté si consideraba correcto perder el libro que le regaló la abuela y encogió sus hombros. Como podrán suponer Yerislandy no perdió su libro de las 100 preguntas, que le regaló su abuela, pero sí se ganó un ejemplar del libro Alas de Primavera, que le dediqué con mucho cariño.
Pues bien supe por Idania, colaboradora mía en la Editorial Academia, que aquel niño de la escuela José Martí y el ya famoso de la Colmena TV eran la misma persona.
Me pregunto: ¿Cuántas cosas interesantes e instructivas se podrían escribir sobre los 9 niños restantes? Ojalá otros me sigan la rima, en que junto al talento del niño o niña, se reconozca la obra de los trabajadores de la educación y los métodos novedosos para que la escuela sea una institución querida y eficaz.
Aprovecho para felicitar a Yerislandy, y para enviarles un saludo a los alumnos, maestros y demás trabajadores de la Escuela José Martí, encabezado por su destacada directora Carmen Rodríguez. También mi felicitación al jurado, a los integrantes de la Colmenita, a los conductores, los productores y a todos quienes han hecho posible los programas de la Colmena TV, y en especial a Tin Cremata.
Para los semifinalistas, para las cuatro medallistas y para todos los niños que han ganado popularidad gracias a la Colmena TV, le digo que no olviden nunca que “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz” y que “Solo es enaltecedora la popularidad que se pone en función de la felicidad de los otros”.
Considero un gran acierto haber mantenido a Martí como una especie de protagonista vivo en cada programa.
Ah, muy justa la decisión de formar dos categorías por edades en la próxima temporada, que desde ya le auguramos mayores éxitos.
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